Yo no sé ustedes, pero a mí eso de madrugar me ha costado siempre la misma vida. No entiendo a esas personas que se levantan a las 6 de la mañana para aprovechar el día, ¡como si no pudieses aprovecharlo también a partir de las 11! Pero claro, una tiene trabajo y esas cosas y no tiene más remedio que levantarse temprano cada mañana. Entonces claro, se nos plantea un gran dilema: ¿Duermo 10 minutitos más y aparezco en el curro hecha unos zorros? ¿Me levanto dos horas antes para ir a trabajar con un smokey eye y pestañas postizas? No, mujer, hay una cosa que se llama punto intermedio: No es necesario dedicar 3 horas cada mañana para arreglarse: Si eres de las que prefiere unos minutitos más retozando en la cama pero tampoco quieres renunciar a ir mona a la oficina, este es tu post.

1. Pasa de bases de maquillaje. Ponerse una base requiere tiempo, para extenderla bien, que nos quede bonita y no salir a la calle naranja y con unos cortes en el cuello que parezca que acabas de follarte a un gato. Así que mejor tira de BB Cream, cremitas con color, protección solar con color, o cosas así mucho más sencillas de usar. O incluso, simplemente, aplica corrector de ojeras en algunos puntos del rostro y extiéndelo donde lo necesites (granitos, rojeces, etc.) Irás mucho más natural y en pocos segundos tendrás la piel corregida y el tono más igualado.

2. Ponte corrector de ojeras. Es el producto milagroso por excelencia en el maquillaje. Una se cubre las ojeras y ya, automáticamente, recupera la fe en la humanidad y las ganas de salir al exterior de su cueva. Y claro, al verte mucha mejor cara, ya no necesitas ponerte tanto de lo demás, lo cual te ahorra mucho tiempo.

3. No es el momento de hacerse un eyeliner. No querida, a no ser que seas una experta en rabillos, no es menester que te atrevas con el eyeliner líquido a las 7 de la mañana, cuando tienes los ojos hinchados y prisa, mucha prisa, a no ser que quieras salir a la calle con el párpado chorreteado de negro y la línea con más curvas que la carretera de tu pueblo.

4. Simplifica tu maquillaje. En los ojos, sombrita en crema con el dedo, a ser posible de un color que te dé luz (vainilla, champán, doradita…) y máscara de pestañas. En la cara, un poco de colorete o polvos bronceadores para quitarte la cara de muerta y, por supuesto, olvídate del contouring. No necesitas más para estar mona temprano por la mañana y que no se note que te quedaste hasta las 3 viendo Netflix.

5. El champú en seco, tu mejor amigo. No es que seamos unas guarras, es que lavar y peinar estas melenas requiere tiempo que no tenemos porque anoche nos fuimos de cañas después del gym (pa’ compensar y eso) y volvimos dando tumbos directas a la cama. Así que cuando te levantes con el pelo hecho una rasta, o te haces un moñito así apañao o tiras de champú en seco para que no se te vea la raíz como si se pudieran freír croquetas en ella.

6. Ponte un labial mono, y tira pa’ lante. Un labial o gloss (que ahora se llevan otra vez) de algún color subidito que te guste puede hacer milagros, ya que te sube el tono instantáneamente, parece que de verdad te has esforzado en maquillarte por la mañana, y te da una buena cara estupenda para enfrentarte al día que te espera.

Si es que con un poquito de organización y cuatro truquitos podemos tener tiempo de dormir y de maquillarnos, ¡si queremos! No renuncies al glamour bien desde por la mañana si no quieres, que ya algunas yo sé que cuando nos vemos monas somos como más productivas y felices, ¿a que sí?

*Imagen destacada: La youtuber Fiona Frills