Todas sabemos ya de la importancia de lavarse los dientes: eliminar sarro, prevenir caries, evitar el mal aliento,… y bla bla bla…. pero poco se habla de la guarrada de compartir tu cepillo de dientes y las consecuencias de ello.

Por ello creo que ha llegado el momento de hablar claro y contaros por qué no deberías compartir tu cepillo de dientes con nadie, ni siquiera con tu pareja. Que sí, que puede parecer muy obvio, pero ni os imagináis la cantidad de gente que lo hace. 

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Para mi hay cosas intocables: los granos de mi cara (¿recuerdas cuando te contábamos por qué no deberías explotarte los granos?), mi coche, mi agenda y varias frikadas más, pero por encima de todo,  está mi cepillo de dientes y esto sí que no lo soporto.

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La función del cepillo es clara: eliminar los restos de comida en la boca.

Cuando has acabado de cepillarte, en las cerdas se quedan adheridas las bacterias de la boca que has eliminado junto con los restos de pasta y saliva propia.

Es fundamental retirar estos restos ante de guardar el cepillo de dientes, ya no solo por higiene personal y no ser una guarra, sino porque es la mejor forma de mantener  limpio y en buenas condiciones el cepillo.

Si el cepillo no está bien limpio y es de otro, estás introduciendo los gérmenes de otro en tu boca y produciendo un cruce de bacterias y posiblemente, un foco de infección.

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Esto es importante y da igual si es después de una noche loca con un tío que no conoces de nada o tu chorbo de siempre. Los gérmenes se cruzan y van a tu boca.

¿Entendéis ahora la importancia de lavarse la boca después de que te hayan comido el chichi y no usar el cepillo de otro?

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Qué queréis que os diga, a mí que haya  en mi boca  una  party de gérmenes, bacterias, hongos,..etc no me mola nada aunque sean míos, me da mucho asco.

Hay cosas que son intransferibles. Mi cepillo y mis gérmenes son míos.

Y yo eso,  no lo comparto.

 

Fuente imagenes: Giphy y Pixabay