Hoy os voy a contar mi experiencia con la meditación y es que cuando me hablaban de meditación siempre me imaginaba a un señor de pelo blanco sentado en el pico de una montaña en silencio ¿soy la única?

Aunque podamos tener muchos prejuicios o ideas acerca de la meditación, estas suelen ser causa de lo alejadas que podemos estar de ella tanto culturalmente como geográficamente. La meditación es una práctica que te ayuda a conectar contigo misma, sí, da igual el mundo exterior o los marrones que tengas esos días, durante el tiempo que dura la meditación suene egocéntrico o no, por una vez estamos ocupándonos de nosotras, tanto a nivel físico como emocional y mental y ¡qué bien sienta!

¿No os pasa que estamos toda la vida preocupadas por todo?: mis hijos tienen tantos exámenes, mi pareja no encuentra trabajo, mis padres no paran de discutir… ¡basta! Basta por una hora de acordarnos de todos y olvidarnos de nosotras. Está bien cuidar a la gente que queremos, por supuestísimo, pero sin dejarnos en el camino a nosotras mismas, por favor.

Por eso, a continuación, expondré diversos motivos por los que te animo a practicar la meditación:

  1. Encontrarás un círculo de gente, una comunidad que al igual que tú, quiere encontrar un poco de tranquilidad y comenzar a cuidarse y quererse más.
  2. Todo el mundo es bienvenido y es capaz de meditar, no tengas miedo de no encajar o de que vas a llegar y será todo gente con túnicas blancas fumando shisha y super profesional. La mayoría de las veces es gente como tú o como yo, simple y corriente, personas que solo quieren aprender a conectar con uno mismo.
  3. Te encontrarás, aunque suene raro. Mediante la meditación estarás solo en ti, poniendo tu mente subordinada hacia lo que tu corazón y tu cuerpo te están pidiendo, por una vez te escucharás realmente, y descubrirás lo bonito que es hacerse caso a uno mismo.
  4. Aprenderás a gestionar los conflictos, cuantas veces nos agobiamos porque tardan demasiado en enviarnos un correo del trabajo que necesitamos ya, pero al mismo tiempo no podemos hacer nada para arreglar eso, pero nos estresamos igualmente y solo conseguimos dañarnos.
  5. Aprenderás a respirar, una respiración sosegada que te ayudará a tranquilizarte, darle a cada cosa la importancia que se merece, aprender a soltar cuando es necesario, activando nuestra energía vital y auto sanadora y, además limpiarás los pulmones, esos que están hartos de toda la porquería que le estamos echando al planeta. Stop polución, por favor.
  6. Paz y alegría: cuando meditamos activamos los estados naturales de paz y alegría, consiguiendo regular el estrés, ansiedad o desesperación, regulamos el ritmo cardiaco, contraemos menos enfermedades y mayor recuperación de las mismas, mejoramos el sistema inmune y nuestras defensas…PARA QUE DECIR MÁS, que ya doy la chapa.

Eso sí, no os voy a mentir, si vuestra mente es tan inquieta como la mía, rebuscará la manera de intentar huir de la meditación e irse a los cerros de Úbeda, pero si yo lo he conseguido, ¡podéis todas!

Alias: Lirófora Celeste