En algunas ocasiones se nos presentan situaciones complicadas cuando empiezas con alguien. Una de ellas que ha estado apareciendo en el foro y que me parece importante aclarar, es cuando conoces a un chico y este te confiesa que tiene una denuncia por violencia de género, es en este momento cuándo te preguntas ¿Le doy una oportunidad?

Está claro que ellos siempre van a decir que esa denuncia es falsa, que él jamás maltrataría a una mujer ni le pondría una mano encima, su ex era una loca del coño y una exagerada que le ha jodido la vida poniéndole una denuncia falsa.

¿Sabes el problema de este discurso? Qué él está totalmente convencido de que es real 100%, porque él no se identifica para nada con la idea que tiene en su cabeza (y que la gran mayoría tenemos) de lo que es un hombre maltratador.

El discurso en el que estos hombres se respaldan es muy fácil de identificar, siempre y cuando no estés ahí metida en medio de esa relación. Ya que si es así, te diré que no vas a identificar de la misma forma ese maltrato.

La idea que muchas personas tienen de este tipo de hombres suele ser muy concreta y se ajusta a esta descripción parecida a esta, con pequeñas variantes:

“Un maltratador por lo general es un tipo violento, sin habilidades sociales ni gestión de emociones, suele ser bastante básico, pocos estudios y de una clase media baja. Tiene un trabajo mediocre, no suele tener muchos amigos o algún problema con las drogas o el alcohol.

De un aspecto físico normal tirando a feo, y de mediana edad, ya que la gente joven por lo general no maltrata o no por lo menos a estos niveles.”

 

Y es una idea que tenemos totalmente a fuego, si es cierto que puede haber ciertas variantes y que no todos tenemos exactamente la misma idea, pero se parece bastante a esta.

Por lo que tú, que acabas de conocer a ese chico guapo y divertido, que tanto te hace reír, que se lleva genial con sus amigos y sus familiares, que tiene un buen trabajo es totalmente imposible que sea un tipo de “esos”.

Él no es un maltratador, eso te lo deja muy claro desde el principio, JAMÁS y te repite bien alto y con la mano en el pecho si hace falta, JAMÁS le ha puesto la mano encima a una  mujer.

 ¡Cómo va a hacerlo!

Él, que tiene madre, y hermanas, amigas, que las quiere y las adora. Que él ama por encima de todo a esos seres que somos las mujeres, tan especiales, tan frágiles. No, no, a las mujeres no se las pega de toda la vida.

Esto se lo repite a sí mismo y de paso a ti como un mantra, entonces tú que le estás conociendo piensas, “bueno sabemos que existen las denuncias falsas, hay mucha mujer mala despechada que solo quiere joderle la vida a su ex y por eso hacen este tipo de cosas”.

Recordemos que las denuncias falsas en nuestro país oscilan entre un 0.01%  y un 0.18% dependiendo de la fuente, pero oye, no seas tú mal pensada, que puede ser que en este caso justo te haya tocado a ti el pobre que se llevó la denuncia falsa.

Bien, te encuentras conociendo a este hombre, y resulta que es encantador, súper atento, detallista, cariñoso¡si parece que lo tiene todo!, es aquí donde viene la parte más peligrosas de todas, porque te relajas y empiezas a confiar plenamente en la versión del chico y efectivamente tú también hablas de su ex como “esa loca”.

El maltrato es así de peligroso, empieza todo genial, y de repente, no sabes muy bien cuando ni por qué la cosa empieza a torcerse de la manera más tonta.

 

Ese chico tan dulce y amable, de repente se empieza a comportar de una forma más fría y distante, empiezas a estar tú más pendiente de él y a ir detrás, y solo recibes negativas por su parte y más distanciamiento.

Muchas veces aparecen terceras personas por parte de él, ya que, esa relación que era tan “vuestra” parece que no lo es tanto para él, y te deja claro que os estáis conociendo nada más y que no estáis atados el uno al otro.

Por lo general, como el enganche ya está creado, decides aguantar en ese punto hasta que él decida o no decantarse por ti.

Y cuando por fin eso pasa, tú le perdonas todo y más, porque es un pobrecito y el te lo hace saber a cada ocasión que tiene, su vida es más dura que la tuya y muy complicada, tiene muchos problemas en el trabajo o familiares, que pobre de ti, no eres capaz ni de empezar a entender.

Llegados a este punto, tu autoestima está por los suelos, y vives una relación basada en la intermitencia. Es decir, estáis un día bien y seis mal, y aunque tú sientes que es él el que cambia de actitud o se comporta como no debe, casualmente la culpa siempre es tuya.

Aquí es cuando tu empiezas a sospechar y te planteas si realmente es o no un maltratador, y cuando tú intentas alejarte.

Él no dejará que te vayas bajo ningún concepto. Su argumento es que él te quiere más que a nada, que como él te cuida, no lo va a hacer nadie, que poco menos que la que tiene suerte de estar con él eres tú…

El control también es algo que se vuelve muy frecuente, “a dónde vas, con quién, no me gusta eso que llevas puesto, es que me dejas en ridículo delante de mis amigos, es que no ves que te estás portando mal”, y un bucle sin fin.

Cuando ya nos encontramos en esta situación, donde estar bien o estar mal depende de él y la culpa siempre es tuya, cuando haces todo mal, donde todo gira en torno a él, ya estás dentro, eso es una relación de maltrato.

Si te encuentras en este punto o en una relación así, rodéate de toda la gente que te quiere y te apoya, y si es necesario pide ayuda a un profesional, porque ese enganche solo irá a más y tarde o temprano el maltrato aumentará. Recuerda la primera bofetada ni se ve venir.

Es verdad que existen denuncias falsas, pero cuando la loca es siempre la ex, y no conoces la versión de la otra persona… son cosas a tener muy en cuenta. Y si decides creerle y darle una oportunidad, tienes que estar muy alerta y a la mínima salir de ahí antes de que te sea más difícil.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

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