Si te llamas Perra de Satán y se estrena una película que se llama ‘Matar a Dios’ pues vas al cine y te la ves. Es que no tienes más opciones. Y si encima ‘Matar a Dios’ resulta ser una comedia negra divertidísima que no se corta un pelo en caracterizar a Nuestro Padre Celestial y encima ponerlo en el foco de los chistes pues qué más se puede pedir.

En tiempos de ofendiditos y de gente que no te pasa ni una (desde el sofá de su casa), ‘Matar a Dios’ es un milagro. Y no me refiero a lo que han ido contando por ahí sus directores y el resto del equipo, de que si la han rodado en tan solo 21 días, con muy poco presupuesto, haciendo el casting por Facebook y encima no solo consiguen estrenar en cines sino que ganan premios. A mí ese milagro me parece digno de admiración y de decir «pues ole vuestros huevos, chavales».

Pero el milagro que a mí me interesa más es el de tener una película en cartelera que vaya sobre matar a Dios (literalmente) en tiempos de Willy Toledo detenido por no presentarse a un juicio en el que se le acusa de algo mucho menos grave que intentar cargarse (con r, con r) con sus propias manos al Mismísimo Alfa y Omega.

Pues aún hay más prodigios alrededor de esta peli. Por primera vez en la historia la protagonista de la peli es una actriz que está gorda… sin ser necesario para el papel. O sea, ‘Matar a Dios’ no es «la peli de una gorda que…». Es la peli de una mujer que. Una mujer bien buena que la pobre casó mal porque su marido es más tonto que buscao pa un concurso y que de repente se ve envuelta en una movida que flipas: reúne a la familia de su marido en su casa para celebrar la Nochevieja… ¡y que aparece Dios! Que vale que Dios está en todas partes y eso, pero que se aparece allí físicamente. Y en el cuarto de baño. En medio de una cena que ya de por sí prometía telita porque se han juntado:

Un suegro que acaba de perder a su mujer y está bajonero

Un marido tonto, pero tonto, tonto, que acaba de descubrir un mensaje de texto en el móvil de su mujer un poquito comprometido

Un cuñado que acaba de intentar suicidarse

Y Ana, la pobre mujer protagonista que menuda tiene encima (y a la que da vida nuestra queridísima Itziar Castro)

En varias entrevistas que Itziar ha concedido a los medios de comunicación para promocionar su película, ella no ha parado de repetir lo contenta que se siente al haber recibido, después de muchos años trabajando, su primer papel en el que su físico no ha sido determinante.

«En 20 años de carrera es la primera vez que no pone que soy gorda. Así que por fin, la gorda del cine español va a demostrar que es actriz, también». Imagínate haberte preparado para desempeñar un trabajo y que durante los veinte primeros años solo te vean como «la gorda que». Este es un gran paso para la diversidad de cuerpos y bellezas en el cine, uno de los medios donde el papel de gorda y gordo suele estar más estereotipado. Se tiende a pensar que los actores y actrices van a ser delgados por definición. Y que cuando en una peli o serie sea necesario que aparezca un gordo, pues se llama a un actor gordo (o peor aún: le ponemos una prótesis a un actor delgado).

Sin embargo, con ‘Matar a Dios’ se demuestra que el físico no es un impedimento para actuar, solo es una característica más. Si en muchos casos no importa si un actor es moreno, rubio, castaño o calvo, ¿por qué debería importar su peso para interpretar a una esposa? ¿Es que acaso no hay ni una sola esposa gorda en el mundo, que verlo en una pantalla de cine nos pueda resultar tan llamativo?

En Weloversize ya hemos visto ‘Matar a Dios’ y nos ha encantado. Nos encantó la película y nos encantó ver a Itziar Castro ENORME en su papel, junto al resto de los actores que también están estupendos. Si la peli se ha estrenado en tu ciudad… ¡no lo dudes! ¡No te la pierdas!