Querida lectora: 

Mi nombre es Mía y voy en silla de ruedas. Soy muy coja. Y también, muy multiorgásmica. Porque amiga mía, tener una lesión medular no está reñido con tener orgasmos y morir de placer. ¿Sabes lo que sí está totalmente reñido con un buen polvazo? Los prejuicios, querida, los prejuicios. Presuponer tanto e hincar el diente tan poco. 

A lo largo de mi vida he tenido muchos problemas con mi vida sexual. ¿El principal? La escasez. Al final una se acostumbra y aprende a sentirse una diosa sin que nadie la alabe, pero hablemos claro: no es justo. No me conoces, no conoces mis capacidades y posibilidades. Y así, sin conocer, decides que soy mejor amiga que amante. 

Cuantísimas veces habré leído en el foro a chicas dudando si darle una oportunidad a ese/a chico/a tan mono/a y tan sobre ruedas por la vida. Porque sí, es un encanto, te regala momentos únicos, incluso te pone. Sí, no lo escondas, te pone como una moto y andas calculando el ancho de esa silla para despatarrarte toda. Pero… Ay, amiga, que es que va en silla de ruedas la criatura… 

Pues bien, por si nadie antes te lo ha explicado, te voy a contar tus tres errores principales cuando descartas a esa monada de chico motorizado: 

  • Primer error: asociar una silla de ruedas con notar nada en la entrepierna. ¿Sabías que hay muchos tipos de lesiones y cada cual es un mundo? Pues ello implica que, cada maromo en silla de ruedas es diferente al maromo de al lado. Uno puede no sentir nada, pero el otro… Lo está notando todo, todito, todo… 
  • Segundo error: centrar tu vida sexual en la zona genital. Y para más inri, creer que tu potorro va a quedar saciado exclusivamente con su colita. Igual el chico anda mal de lo suyo de cintura para abajo, pero sus dedos y su lengua siguen ahí, amiga. Y algunos hacen auténtica magia sin necesidad de grandes trucos… 
  • Tercer error: ignorar todo lo que rodea a la sexualidad. El sexo no es una cuestión de hacer posturas, no es ni siquiera una cuestión de cuerpos. Ahora yo te pregunto, mi querida lectora: La creatividad y la imaginación, ¿son algo corporal? El respeto a tus deseos y necesidades, ¿le sale a alguien de la entrepierna? No haréis el kamasutra completo, pero la capacidad de hacerte sentir una diosa, deseada, amada… Eso no se pierde cuando te lesionas la médula. 

La próxima vez que dudes sobre qué responderle a ese/a maromo/a sobre ruedas que tanto te pone, recuerda esto: tiene dañada la médula, no la mente ni el corazón. Él puede haber perdido la capacidad de andar, pero tú estás perdiendo el mejor polvazo de tu vida.

 

Mía Sekhmet