Por todas es bien sabido que los pelos en los pezones siempre han existido,

hombres y mujeres desde siempre los han tenido,

sí has leído bien: las mujeres tenemos pelos en las pechos,

no es cuento, no es un invento, simplemente es un hecho.

 

Hubo un tiempo lejano en el cual yo con señores follaba,

no había pandemia y por eso pollas devoraba,

ahora mi vida es aburrida y tiene poco movimiento,

querida siéntate y lee, que te voy a contar un cuento.

 

Con un señor tiempo ha yo quedé,

la verdad es que follábamos la mar de bien,

no éramos novios ni mucho menos,

pero al chico definitivamente no le molestaban mis pelos.

 

Ni los de mi cabeza, ni los de mi pepa,

ni los de piernas, ni mucho menos los de mi tetas.

Él todo me lo comía con mucha alevosía,

si os follan, que os follen con ganas,

que del gusto os salgas hasta canas.

 

Mis amigas a día de hoy aún se ríen de mí,

por la historia que con ellas un día compartí,

estaba con este chico dándolo todo en la encimera,

cuando de repente me empieza a comer las peras.

 

Lo hacía deprisa, como si se las fueran a quitar,

con ganas, como si se fueran a marchar,

succionando con pasión, como si lo fuera a amamantar,

chupando sin devoción, como si se fueran a acabar.

 

De repente, entre tanta teta y teta tanta,

mi colega va y se atraganta,

¿¡Pero qué te pasa, rey moro?!

Le grité mientras tosía como si fuera un toro.

 

Ayúdame, que me ahogo y no haces nada,

pero qué quieres que haga si me estabas dejando pasada,

dame agua, te lo pido por favor,

toma aquí tienes todo el bidón.

 

Finalmente empezó a toser como si de un gato se tratase,

y de verdad que si alguien lo escucha de lejos como minino tenía pase,

no escupió una bola de pelo así entera,

pero sí un buen pelo recién salido de mis peras.

 

Era largo, parecía de mi cabeza,

pero los dos bien sabíamos que era de mi berza,

lo cogió con dos dedos y gritó:

¿¡SABES QUE CASI ME MUERO ATRAGANTADO POR EL PELO DE TU PEZÓN?!

Nos dio la risa y no podíamos parar,

al final los dos nos volvimos a atragantar,

potamos el suelo de la cocina,

no quedó limpia ni una sola esquina.

 

Si tenéis pelos en los pezones, no os los quitéis,

son un arma de destrucción pa cuando los necesitéis.

Vivan las tetas, los pelos y los granos,

Que por cierto, ¡también los tenemos en el ano!