Me encanta leer los follodramas de esta web, pero echo de menos que escriban más hombres. Supongo que por algo hay que empezar para animar a otros que como yo también han tenido historias para no dormir en sus citas, así que aquí va la mía.

En 2017 mi novia me dejó y la verdad es que me costó bastante levantar cabeza. Tras unos cuantos meses sin querer saber nada de mujeres, mis colegas me animaron a bajarme POF (Plenty of fish) para ver si así dejaba de llorar por mi ex a cada rato. Lo sé, sé que bajarse una app para olvidar no es lo más recomendable, pero en ese momento no vi otra salida.

Tuve varias citas y bueno, lo normal. Unas cervezas, charlas triviales sobre la vida y el tiempo. La realidad es que todavía tenía la cabeza en mi ex y ninguna chica me llamaba la atención hasta que llegó ella. Se llamaba Amanda (nombre cambiado) y enseguida me pareció una belleza diferente y que además tenía algo muy especial.

Con ella fui sincero desde el principio. Le dije que salía de una relación complicada y que buscaba pasármelo bien pero nada serio. Ella me dijo que estaba exactamente en el mismo punto y oye, quedamos.

En persona me pareció preciosa y lo que más me gustó fue su voz. Bueno, eso y era de esa clase de personas que se la ve buena gente desde el primer momento. Así que en ningún caso me imaginé lo que iba a venir después…

Yo me tomé dos cañas y ella un par de refrescos. Tampoco me llamó la atención, al fin y al cabo hay mucha gente a la que no le gusta el alcohol. Y como parecía que la cosa fluía la invité a venir a mi casa, y ella accedió.

Ya en mi piso la cosa se calentó rápido. Yo llevaba meses sin tener relaciones así que no hizo falta gran cosa para ponerme a cien. Saqué unos preservativos de la cartera y cuando Amanda me vio me dice:

  • No hace falta, si quieres lo hacemos sin.

Hostia, me extrañó un montón. Jamás una tía me había dicho algo así. Pero es que yo tampoco soy ningún cabra loca y soy el primero que prefiero usar condón, así que le dije que mejor con, que nunca se sabe. Y ella insistió:

  • No en serio, si total embarazada no me vas a dejar PORQUE YA LO ESTOY.

En ese momento dudé entre hacerme el loco y seguir con el tema o lo que finalmente hice: preguntarle si había oído mal.

Efectivamente Amanda estaba embarazada de casi 3 meses, y en sus propias palabras: ‘qué pasa, no sé de qué te asustas, no voy a dejar de follar y hacer mi vida por estar preñada’.

Y joder, vale que tiene razón, pero a mi se me bajó el amigo de la impresión y fui incapaz de seguir. No sé si es que soy un blando o que me sentí un poco engañado de que no me lo hubiera dicho antes, pero me dio una bajona tremenda y le dije que si podíamos quedar otro día, que tenía que asentar un poco la nueva información.

Ella reaccionó gritando que todos somos iguales, que desde que está embarazada ya ninguno la trata bien y que ni follar puede.

Nunca supe más de ella porque me bloqueó de todas partes, pero espero que le haya ido bien con su embarazo y que haya encontrado lo que buscaba.

 

Alfred H.

 

Envíanos tus follodramas a [email protected]