El follodrama que os voy a contar no es tan bestia como algunos que he leído por aquí, pero estoy segura de que más de una, de dos y de tres lo habéis vivido también. Lo siento si os he confundido con el título, pero no hay muertos de por medio, aunque lo pareciese. Simplemente un tío que parecía ser normal y corriente, pero resultó tener más cara que espalda.

Para contaros esta historia me tengo que remontar un mes atrás. Conocí a Tomás en una cena de amigos. Era el primo de un colega y le llevó a la cena porque no conocía a nadie más en la ciudad. Conectamos y empezamos a hablar, a quedar y a hacer vida de pareja sin ser pareja.

Cuando yo pensaba que todo el tonteo eran imaginaciones mías, me besó, pero ahí se quedó la cosa. Quedábamos, nos enrollábamos y sin más. En el fondo este rollito adolescente tenía su morbo. Me recordaba a mis tiempos mozos, cuando lo máximo que hacía con los chicos eran chupetones y roces tontos por encima de la camiseta. El problema es que a estas alturas de la vida, me apetecen más cosas que sólo besitos.

Yo ya estaba planteándome que Tomás era un eunuco o cualquier movida rara, cuando por fin me invitó a su casa para ver una película.

Sin irme por las ramas, acabamos besándonos en el sofá y me dijo de pasar al dormitorio. Yo estaba FELIZ y, sobre todo, con el coño dando palmas. Si mi vagina pudiese hablar, habría cantado “Como una ola”, así os lo digo.

Lo chungo ocurrió cuando el chaval se tumbó en la cama bocarriba y no hizo nada. NADA. Cuando digo nada, es nada. Jamás había vivido algo así. Ni se movía, ni gemía. En algún momento dudé si estaba muerto y la erección era rigor mortis o algo así. Y lo peor de todo es que al acabar, el muy capullo me dijo que yo era sosita en la cama.

No volvimos a quedar, pero al contárselo a mis amigas, me dijeron que sí, que era muy normal, que ellas llamaban a esos tíos las “estrellas de mar”.

¿Cómo puede resultarle a alguien erótico follarse a una persona que no hace absolutamente nada? Por favor, si tenéis la respuesta, dejádmela en comentarios.

 

Anónimo

 

Envíanos tus follodramas a [email protected]