Uno de los santos griales más perseguido en el mundo del sexo, puede ser sin duda el hecho de llegar al orgasmo a la vez con tu pareja.

Pero como otros tantos, este no deja de ser uno de los grandes mitos que rodea a la sexualidad y a la idea del amor, porque aunque parezca mentira, a día de hoy hay mucha gente que piensa que le hecho de “llegar a la vez” en pareja es algo totalmente necesario y un claro símbolo de amor.

Nada más lejos de la realidad.

Muchas estaremos de acuerdo con que en el sexo, cuanto más igualados estemos siempre será más divertido e interesante, pero que esto no puede ser la norma general de todos nuestros encuentros, porque es imposible.

De esta falsa idea tienen mucha culpa las películas románticas, ¿Cuántas veces hemos visto la mítica escena? donde están dándolo todo (por lo general en la postura del misionero) y en unos cuantos empujones ambos gimen efusivamente y llegan al orgasmo juntitos en amor y compañía.

El ser humano aprende por imitación y eso es innegable, por eso cuando ves algo ya sea en la tele o en una película lo primero que te planteas es si tu cuerpo funciona igual o no.

Y bien de frustración para el body, y mira, mejor que no.

 

Si es verdad que para ti es importante el hecho de llegar a la vez con tu pareja, o es algo que por lo menos quieres experimentar alguna vez, aquí te explico un poco unos truquillos para facilitar esa situación, pero siempre dejando claro que no debe ser una prioridad o una obsesión, si pasa bien y si no ¡También!

Para empezar tenemos que tener una buena comunicación con nuestra pareja, muchas personas les cuesta mucho verbalizar que cosas prefieren y cuáles no a la hora de mantener relaciones sexuales, o no las piden porque no quieren “molestar”.

Si necesitas que tu pareja primero te acaricie o te bese, que te penetre, que después cambie a sexo oral o todas las combinaciones posibles, no tengas miedo a pedirlo, ya que esto será clave para que disfrutéis mucho más.

Lo segundo, tener muy claro que por arte de magia no os va a llegar el orgasmo a la vez porque si, tendréis que favorecerlo de alguna forma.

Una vez puestos al lío, lo más sencillo es que si uno tiene muchas ganas de llegar al orgasmo que se lo “aguante” en la medida de lo posible y espere al otro y cuando este empiece a desencadenar su orgasmo, soltar a la bestia juntos.

Esto dependerá mucho de la pareja, si queréis llegar a la vez durante la penetración, algo que por lo general puede llevarle más tiempo o costarle más a la mujer tendréis que priorizar una postura donde ella pueda rozar mucho su clítoris.

Si pretendéis llegar a la vez con el típico mete-saca conejero estáis más que condenados.

Por lo que mi consejo es que busquéis una postura que sea mucho más favorable para ella, por lo general estas suelen ser: ella encima, ella tumbada boca abajo y él encima acompañado de masturbación o la postura de misionero de toda la vida.

Todas estas posturas permiten que el clítoris se estimule de una forma mucho más directa y rítmica, y por tanto, puede dar bastante más placer a la mujer.

Como el chico suele tener más o menos la misma estimulación y sensación en estas posturas no habrá problema (ojo dependerá bastante también de la anatomía de cada uno, hay penes más grandes que pueden hacer daños y vaginas más estrechas que pueden estimular más), pero el truco es que vayáis probando con cada una para ver cual se adapta mejor a vosotros.

Una vez que estáis al lío, es importante que acerquemos a la chica lo máximo posible al orgasmo, ya sea con masturbación o sexo oral y después pasar a la penetración en una de estas posturas, el chico puede acelerar más el orgasmo o aguantarse en un momento dado, y en el momento que ella empiece a tenerlo, podrá acompañarla.

Es importante entender que muchas veces esto requiere práctica, y que porque os salga un día de una forma no quiere decir que eso sea infalible para todas la veces, las relaciones sexuales dependen de muchos factores y si no se dan unas buenas condiciones puede que no lleguemos a ese clímax.

Tampoco deberá ser la prioridad, ya que si solo nos centramos en esa última parte, estaremos dejando de lado todo lo demás.

Solo es cuestión de ir probando cosas y ver con que os sentís más cómodos.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

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