“Cómo conseguir el ‘squirting’ perfecto”, “cómo convertirse en una verdadera squirter”, “los mejores movimientos para conseguir llegar al squirt”. Podría seguir un rato largo mencionando la cantidad de titulares que me he encontrado en los últimos días sobre este tema. ¿Qué está pasando últimamente con el famoso ‘squirting’?
Para quien aún no sepa lo que es (cosa difícil, la verdad, porque no se habla de otra cosa), se trata de la famosa “eyaculación femenina” de la que todos hablan. Sí, está de moda y seguro que detrás de todo esto, nada tiene que ver el porno. Qué va, qué va… (nótese la ironía).
Pues bien, para empezar, y muy lejos de la realidad… NO, no es una eyaculación como tal. Pero sí se ha difundido a través de la industria del porno que se trata de una eyaculación muy exagerada producto del ‘gran’ placer que siente la mujer con el hombre. Una vez más (por cierto) vemos ensalzada la figura masculina mientras la mujer se rinde a su placer. No me jodas…
El ‘squirting’ es una expulsión involuntaria en la que se produce la mezcla de el flujo vaginal que segregamos al llegar al orgasmo (líquido inodoro), mezclado con orina. Ese flujo que segregamos al llegar al orgasmo SÍ es la eyaculación como tal y procede de las glándulas Skene (dependiendo del tamaño de las glándulas, la eyaculación será mayor o menor). Lo que hace que pensemos que ese chorro exagerado sea una corrida femenina de la hostia, es una cantidad muy pequeña de líquido inodoro y mucha orina.
¡SORPRESA! Las actrices porno antes de grabar las escenas se inundan de agua para mear a tope (además de los efectos especiales que meten luego en posproducción claro, que no os engañen). Al igual que en una película de miedo o acción parece que alguien se está desangrando a chorros, en el porno también tienen sus truquitos. No vayáis a pensar que vuestra vida sexual es una mierda porque no se parezca a lo que veis. Creo sinceramente que deberíamos atribuir e porno al género de ficción y humor, porque a mí a veces me da la risa. Sí, a veces me da la risa y otras muchas me frustra ver cómo aún muchos y muchas no se dan cuenta del daño que el porno NO real ha hecho a la sociedad.
Milongas y trolas del porno
Otras milongas que nos trae el porno es la idea generalizada de que a las tías nos pone perracas que se nos corran en la cara o en la boca. Nos hacen pensar que, si no accedemos a ello, no somos lo suficiente buenas en la cama, que somos unas estrechas, que nos limitamos a lo básico… No. Hay a personas que les gusta y a personas que no. Se trata de estar cómoda o cómodo y no de compararse con el porno.
Otra milonga más: “cuanto más rápido y fuerte nos follen, más nos tiene que gustar”. Perdona, ¿acaso yo he pedido el conejito Duracell? Habrá momentos en los que nos guste así y otras veces más despacio. Chicos, no vais a ser menos hombres si no folláis como si llevarais prisa. Tranquilos.
“La penetración es todo lo que necesitan las mujeres para llegar al orgasmo”. A ver… que sí, que la penetración está bien, pero… es que hay veces que solo nos falta sacar el mapa de Dora la exploradora para explicarles dónde está el clítoris, que, curiosamente es donde más estimulación tenemos para llegar precisamente al orgasmo. Sin embargo, en el cuerpo existen millones de zonas erógenas que también se pueden estimular.
“Si no hay arcada no hay mamada”. Mira, de verdad… el que aún crea que para que el sexo oral sea de diez, a las tías se nos tengan que saltar las lágrimas y tengamos que llegar a la arcada… es que sinceramente no tiene ni puta idea del sexo. No tiene sentido que, siendo el glande la zona donde más terminaciones nerviosas hay, sea la zona que menos se estimule con esta técnica.
En definitiva, chicas: no llegar al ‘squirting’ no es ni mejor ni peor. Sacaos de la cabeza esa obsesión si no conseguís llegar a él porque no quiere decir que el orgasmo sea más intenso como parece en el porno. Sólo son sensaciones diferentes. De hecho, el sexo como nos lo presentan en los vídeos y películas porno no tiene nada que ver con la realidad.
