Chicas, chicas, chicas, os traigo un súper notición. ¡Y de los buenos! ¡Han inventado la solución a todos nuestros problemas! ¡Se acabó la era de las glotonas! ¡Existe una pulsera mágica que nos ayuda a no comer en exceso! Y además, de la mejor manera posible, ¡A través de descargas eléctricas! Para que te dejes de excusas. ¡Una puta maravilla!

Se trata de la pulsera Pavlov. Los que estudiamos Psicología nos sonará este nombre como el psicólogo que se dedicaba a estudiar el proceso de aprendizaje a través de mecanismos de estímulo – respuesta. No os voy a dar una clase de psicología, pero entenderéis básicamente la mecánica cuando sepáis cómo funciona esta preciosa pulsera. Simplemente, cada vez que estemos comiendo demasiado, nuestra amiga nos soltará una descarga eléctrica (Que va desde 50V a 450V, ni más ni menos) para que automáticamente dejemos de hacerlo.

¡Muerte a la comida!

Qué queréis que os diga, yo es que sólo le veo ventajas:

  • Por fin alguien se da cuenta de nuestra incapacidad para controlarnos y crean una máquina que lo hace por nosotras. ¡Qué gustazo! Porque ya se sabe que lo único que sabemos hacer es comer. ¡Por fin podremos dejar de escuchar a nuestro cuerpo! Los dolores de tripa pasan a la historia, si la puta pulsera no pita, no problem my friend, puedes seguir comiendo.
  • Nos sirve de desfibrilador. Si te da un ataque mientras comes, no te preocupes, la pulsera te salvará. Sólo tienes que seguir comiendo un poquito más.
  • Ayudará a reforzar la musculatura de tu brazo y muñeca. Porque ya sabemos que tener un brazo bien musculado es muy importante, nunca sabes a quién vas a tener que arrear un buen bofetón.
  • Sirve para hacer más amenas las reuniones gastronómicas. Si es que ya lo estoy viendo. Todos mis amigos reunidos alrededor de una mesa mientras nos ponemos finos, y de repente…MEC ¡SUSTO! Pegaré tal bote que los efectos de mi amiga la pulsera llegarán como un tsunami a todos mis amigos. ¡Qué divertido va a ser! Inventaremos el juego del chupito a ver quién se asusta más.
  • Tiene un precio de lo más asequible. ¿Qué supone pagar 150€-250€ para que te den descargas eléctricas cada vez que comes demasiado? ¡Nada! Todo sea por dejar de disfrutar de uno de los placeres de la vida. Que el disfrute está sobrevalorado, os lo dice una glotona.
  • Y lo mejor de todo, no te sirve sólo pasa dejar de comer, sino también para otros malos hábitos: No ir al gimnasio, no caminar lo suficiente, dejar de fumar, morderse las uñas. ¡Si es que lo tiene todo!

No sé vosotras, pero yo no me puedo esperar a finales de año a que llegue a nuestro territorio. Tantos años en educación demostrando que el premio y el estímulo positivo son mil veces más eficientes que el castigo, para acabar electrocutándome con una pulsera. ¡Viva el electroshock!

Y como la espera se me va a hacer muy dura, estos meses me voy a dedicar a dos cosas:

  1. Hincharme a comer todo lo que no voy a poder comer cuando la tenga.
  2. Idear la manera de agradecer este maravilloso invento.
Mi agradecimiento al creador

¡Gracias por pensar en nosotras!