La pubertad precoz fue algo que marcó mi infancia y mi vida. Cuando era pequeña comprobé que mi cuerpo no era el mismo que el de las demás niñas de mi alrededor. Yo tenía más pelo, más cuerpo. A los 7-8 años ya tenía pecho, vello en las axilas, en el pubis y era mucho más alta que otras niñas de mi clase.

A los 8 me hicieron una radiografía del hueso de la mano y los resultados fueron los esperados: tenía el hueso de una chica de 12-13 años. Es decir, tenía pubertad precoz.

La pubertad precoz se desarrolla de la siguiente manera: El área cerebral del hipotálamo indica a la hipófisis que debe liberar unas hormonas que estimulan a los ovarios. La pubertad precoz suele darse debido a una cuestión genética o problemas más graves como tumores. En mi caso es debido a la genética. Con 8 años la menstruación estaba a punto de llegar.

La seguridad social me derivó a un endocrino y se tomó la decisión de medicarme a través de una inyección puesta cada mes durante un año. Esta inyección evitó la menstruación precoz, la cual acabó llegando a los 11 años recién cumplidos.

Niña que se siente aún un bebé. Ha madurado deprisa

Pero, ¿cómo lleva una niña de 8 años tener cuerpo de adolescente y mentalidad de niña?

En mi caso, nunca vi nada de esto como un tabú, porque siempre me hablaron del desarrollo sexual femenino como algo natural. Sin embargo, la carga mental y emocional sigue siendo fuerte.

Una niña debe afrontar con que tiene cuerpo de casi mujer pero mentalidad de niña. Creces sin referentes y te sientes distinta al resto. No encajas. En ningún momento un psicólogo te explica qué te pasa, el porqué eres distinta a otras niñas.  Desarrollas problemas de comportamiento que no son propios en tu edad, por lo que tu círculo familiar no comprende qué ocurre. También complejos provenientes del estrés ocasionado por las estrías o el vello. Complejos por tu altura, tu peso, en definitiva, tu cuerpo. Yo me sentía la madre de todos.

El Body Positive ha ayudado a que me acepte con mis estrías, con mis complejos. Aunque mi infancia está marcada por este suceso médico que supuso un antes y un después en mi vida, hoy lo veo como una batalla más a la que sobreviví y me hizo ser quién soy. Y seguramente, tú, que estás leyendo esto, hayas pasado por lo mismo, o tengas una hija, hermana, sobrina, que lo esté sufriendo. La pubertad precoz es una realidad que afecta a millones de niñas en todo el mundo que necesitan saber que no están solas y no son las únicas.

 Ana T.