Septiembre, ese mes que parecía que no iba a llegar nunca el muy cabrón, pero que llega. Y te da en toda la cara con el montón de apuntes que no has tocado en todo el puto verano. Porque es que en la vida hay dos tipos de personas, los que se planifican y estudian con tiempo y los que no. Si eres del primer grupo, vete. No te queremos aquí. Si eres del segundo, sed bienvenidos, hermanos. Que la suerte os acompañe.

1) Es hora de limpiar

No has recogido tu cuarto en todo el verano, pero ahora precisamente te parece el momento perfecto para ordenar el escritorio, el armario, cambiar la ropa de cama…lo que sea con tal de no estudiar.

2) Te sientes Argiñano

O por su defecto dejas más vacía la nevera que Zara en rebajas. Está científicamente comprobado que en época de exámenes te apetece más hacer bizcochos, tartas, potajes, lentejas…

3) No tienes los apuntes

O como yo (verídico) ni siquiera estoy dada de alta en la asignatura. Y claro, parece que todo el mundo ha borrado, perdido o incinerado misteriosamente los apuntes. Te toca leerte los cien mil PDFs amiga y sólo te quedan dos días.

 

4) Es a las dos de la mañana cuando te pones a estudiar de verdad

Entre que te sientas a las siete de la tarde, porque por la mañana evidentemente descansas, te metes en facebook, twitter, instagram y en vídeos de gatitos chinos encima de una aspiradora, son las dos de la mañana cuando de verdad te pones a hacer algo útil con tu vida.

5) Te mueres de sueño

Es una autodefensa del cuerpo. Es rozar con el dedo gordo del pie siquiera un libro y ya se te caen los ojos. Lo que sea con no tener que hacer nada un día más. Además, mi médico dice que tengo que dormir ocho horas diarias y yo le tengo que hacer caso, con la salud no se juega.

6) Compras provisiones para una 3º Guerra Mundial

Estudiar da hambre. Mucha. Y estamos en fase de crecimiento…así que más bien nutrir al cuerpo que no queremos suspender por no haber comido los suficientes donetes. Además, con comida las penas saben mejor. Y mejor ni hablar de los litros de monster, café, redbull que te inyectas en vena. Todo por la causa.

7) Mañana me levanto temprano y estudio, lo prometo.

JAJAJAJAAJAJAJAJAJAAJAJAJA. Ay, espera que coja aire. ya. JAJAAJAJAJAJAJAAJJAAJAJAJAJAJA

Venga, busca a alguien que se lo crea, guapa. Sabes que te vas a quedar durmiendo con una foca hasta las 2 de la tarde. Y lo peor de todo es que no vas a hacer nada para remediarlo.

 

8) Tus amigos están onfire

Se han pasado todo el verano los cabrones más perdidos que Adán en el día de la madre y ahora justo que empieza septiembre es cuando empiezan a salir los planes. Que si una barbacoa, que si una fiesta de pintura… que os entre diarrea, chatos.

ummm no. Tienes que estudiar.

9) Subrayar como si no hubiera un mañana

Holiii, ¿qué tal? Sólo venía a decirte que eso después te lo tienes que estudiar. DE NADA.

 

10) Nos damos a la procrastinación

Pues sí, somos unos procrastinadores. Y sí, suena más guarro y sucio de lo que es y  me encanta. Pero sabéis que es cierto. Las cosas nunca apetecen hacerlas tanto como cuando estás de exámenes. Que si verte de nuevo friends, que si te enganchas a un libro interesantísimo sobre la increíble y salvaje vida de las hormigas de la selva tropical…

¿Lo bueno de todo esto? Mal de muchos, consuelo de tontos. No estáis (valeeeeee, estamos) solos y lo sabéis.