Vivir fuera de tu país a la vez que es emocionante, es añorar, es comprender, es experimentar…
Irte lejos de tu país no es fácil para todo el mundo, en mi caso por ejemplo, me ha costado llantos, nuevas experiencias, un marido increíble y 30 kg.
Cuando llegué a Suiza pasaba el día sola en casa porque mi pareja trabajaba todo el día y yo iba de casa al curso de alemán y del curso de alemán a casa, inciso: ¡una lengua preciosa y fácil! (Nótese la ironía) y los primeros días me daba un poco de cague salir sola ya que, he de añadir, no había salido nunca de España y, con dos cojones me fui a independizar directamente a otro país.
Como he dicho, fue y es una experiencia increíble, el simple hecho de independizarte da un cambio a tu vida. Tuve que aprender a convivir con alguien que no eran mis padres y mi hermano, ya que nuestra relación realmente empezó a distancia y a los 6 meses de Skype hasta las tantas, de idas y venidas decidí venirme para aquí.
En ocasiones, los que vivimos lejos de nuestro país, acostumbramos a juntarnos entre nosotros, y después de 2 años aquí y de conocer a tanta gente siempre hay algo que todos nosotros tenemos en común y es el “echar de menos”. 
Cosas que echas de menos cuando te vas de España:
- Obviamente y como buena “gordibuena” que soy el primer tema que saco siempre es la comida. Y es que cómo se echa de menos esas cervecitas a un euro, o esa cañita acompañada de una tapa, esos ratitos con los amigos charlando y riendo (fuerte, porque sí, los españoles hablamos muy fuerte) sin que te miren mal. Esos bares con las mesas de metal y esas sillas que te dejan marcadas la rayas en los muslos…
- Y hablando de reír con los amigos, el sentido del humor. Algo importante por lo que creo que los españoles acabamos juntándonos entre nosotros es nuestro maravilloso sentido del humor, piconcete, sarcástico, absurdo, ocurrente… que parece que nos lo hayamos quedado todo nosotros en España.
- Quedar a horas normales. Sí, no sé si en el resto del mundo será igual, pero aquí en Suiza a las 18 cenan y a las 22 salen de fiesta, y entre semana quedar a las 20:30 ya lo vemos muy tarde. Lo jodido es que te acostumbras y acaba pareciéndote tarde a ti también. En España llegar antes de las 3 a casa no es salir, es ir a cenar y ronearte con los cafés…
- Los días festivos. Definitivamente creo que somos el país con mas días festivos del mundo mundial. Si el festivo cae en domingo se pasa a lunes y santas pascuas. Esas fiestas de pueblo, con la típica feria con autos de choque y la orquestra haciendo replicas de canciones de toda la vida… ¿Y cómo les explicamos estas fiestas a gente que no entiende ni lo que es salir a tomar algo después de las 2?
- El sol. Los que seáis del norte igual no lo echáis tanto de menos, pero yo que soy mediterránea y que he visto el sol una vez en todo Julio, pese a que odio el calor, he de admitir que lo empiezo a echar de menos…
- Las persianas. No puedo entender cómo les puede gustar no tener persianas. ¿Qué mejor que acostarte a las 6 de la mañana cuando regresas de fiesta y despertarte a las 2 de la tarde en total oscuridad?
- Que en los bares no te pregunten si quieres agua con o sin gas. Bueno, fuera coñas, nunca voy a un bar y me pido agua, me pido una buena cervecita fresca, de esas que acompañan esa copita congelada.
- Las tiendas españolas. Mercadona sin ir más lejos, cómo te echo de menos y qué poco te apreciaba cuando te tenía cerca. Los “todo a cien”, aquí eso no existe, por eso ya no hago manualidades, un día fui a comprarme una cartulina y me costó 3€, fue el inicio del fin de las manualidades en esta casa.
- El colacao. Que ahora puede ser que salgan los Nesquitistas ¿? Jaja y me digan que con el Nesquik ya les vale. ¡Señores! Cuando se vive en un país fresquito como el mío un vasito caliente de leche con colacao, es GLORIA.
- Y por ultimo, algo que todos los que nos encontramos fuera de casa (algunos mas y otros menos) echamos de menos: nuestra familia. Esas tardes yendo a comprar con tu madre, esos paseos por el Fnac con tu padre, las peleas con tu hermano, la pereza por tener que sacar a las perras, los amigos, los de verdad, los que te conocen con solo mirarte.
Va por toda esa gente que como yo, este ha sido el primero de quizás varios que hayan tenido que pasar su cumpleaños lejos de su familia, o que les es imposible verse en navidades por que los billetes nos valen un riñón (gracias por nada compañías “low cost”).
¡Gracias por hacer que el vivir lejos se haga más ameno!
