Aviso a navegantes: las no madres, al leer este post, quizás piensen que soy una exagerada. No pasa ná. Lo guardáis y cuando tengáis hijos (si es que los tenéis, QUE NO ES OBLIGATORIO), lo volvéis a leer y ya me contáis. Las madres probablemente diréis que me quedo corta…

1. Ducharte como un humano: lo primero que se me ocurre cuando pienso en actos cotidianos que antes no tenían la menor gracia y ahora son el equivalente mental a un finde de balneario es una ducha tranquila. NO digo una ducha larga, no hablo de un baño con burbujas, me refiero a  una ducha de 5 minutos en la que poder pasarme el chorro caliente por la nuca y pensar en cualquier gilipollez sin escuchar los gritos de mis hijos peleándose o sus nudillos en la puerta porque JUSTO AHORA hay algo que no puede esperar, malditaseamiestampa. Grito bajo el chorro que me dejen tranquila, siguen berreando, siguen llamando. Casi mejor no me lavo nunca más.

ducha tranki
Una ducha normal
ducha
Ducha maternal

2. Desayunar sin infartar: por orden cronológico, tras la ducha tranquila (vamos, normal) de cualquier humano nulíparo, viene el desayuno. Ese momento, aparentemente trivial, en el que uno se hace el Cola Cao, el café o el té con unas galletitas o similar. Algo rutinario, incluso aburrido. Y UNA MIERDA. Leo lo que escribo y se me salta el lagrimón. Aparte de preparar los varios desayunos que nunca serán del gusto de todos, recoge le leche que se le cae a uno, recuérdale al otro que lleva 25 putos minutos para comerse dos galletas e infarta a 10 minutos de haberte levantado.

3. Ver la tele: sí, es verdad, los niños se acuestan pronto, pero ojito que aún tienes que preparar la comida del día siguiente, seguro que te queda curro por hacer, polos que planchar, casa que recoger y tu cuerpecito que tiene un límite y a las 22.30 piensa que son las 5 de la mañana y solo quiere sobar. Se supone que el finde tienes tiempo libre y te puedes ver un par de pelis. Permitidme:  JA-JA-JA-JA-JA.

carcajada

4. Salir: no hablo de pillarte el pedo del siglo y volver a las 7 de la mañana, eso ya es otro nivel… Hablo de salir a la calle, salir al cine, salir a una cenita, lo que viene siendo cruzar la puerta de tu casa hacia el mundo exterior sin pensar en si han hecho pis, se han lavado los dientes o tienes kleenex. Murió ese momento en el que decidías a las 20 que ibas al cine y estar en tu butaca a las 20.15 … Ahora, si eres muy, muy, muy afortunada puedes llamar una canguro, con 5 horas de antelación mínimo y, si llega la hora de la peli y ya no te apetece,  PUES TE JODES. Lo mismo con las cenitas. Qué  me estás contando de aquel «oye, si me apetece, ya me paso». No nononononononoooooooo, la improvisación murió forever. Y la cena se alarga y a ti la cabeza te da vueltas, porque el taxímetro de la babysitter va a toda velocidad, porque se tiene que ir antes de medianoche o pagarás la noche entera, porque mañana, SÍ O SÍ, aunque sea finde, tus criaturas te despertarán COMO MUY TARDE a las 8 y tú quieres llorar de lo cansada que estás y llevas así SEIS AÑOS.

5. Directamente relacionado con el punto anterior: las resacas. Implanteable, creo yo. Solo de imaginarlo me entran sudores fríos. No dormir, no sofá, no silencio, NO NADA.

cama

6. Hacer caca: no es broma ni es que yo sea especialmente escatológica pero es que todos cagamos, eso es así. Antes de ser madre una, junto con su organismo, decide cuando es el momento. AHORA NO. Traslademos el momento ducha al momento evacuación. Gritos, llamadas a la puerta, golpes. IMPOSIBLE. La mejor opción es cuando se acuestan, otra cosa es que tus tripas estén de acuerdo. Yo, para simplificar, estoy investigando sobre la defecación tántrica, porque digo yo que si los hay que contienen esperma y están tan felices, igual nosotras podemos reabsorber nuestras cositas y mira, una preocupación menos.

baño

7. Entrar en una tienda: sí, eso tan normal de ir por la calle, ver algo mono en el escaparate y echarle un ojo a las perchas, SE ACABÓ. Dile que no toque nada, díselo otra vez, otra, otra más, 25 veces después sales de la tienda cagándote en ti misma por ser tan kamikaze. Cómo coño se te ocurre…

1.cabezazo

8. Ponerte enferma: insisto, no hablo de ningún extremo, de un ébola o similar. Pongamos una vulgar gripe, de esas que te dejan un par de días en el sofá. Pues mira, NO VA A PODER SER. Aquí hay que preparar comida, hacer deberes, planchar y no desmayarte, así que mejor te vas olvidando de los virus. No hay mejor vacuna que el tener vástagos. Yo solo me pongo enferma cuando se van con los abuelos, básicamente porque es cuando puedo. Aunque quizás me ponga mala a menudo y ni me entere con tanto lío…

2.wonder

9. Sentarte en el sofá: esa imagen de llegar del curro y sentarte en el sofá, quitarte los zapatos y ponerte en modo off ES CIENCIA FICCIÓN. Sales del curro pensando «ahora llega lo gordo» y, de vez en cuando, miras ese mueble mullido, tocas los cojines y piensas «tú y yo hemos sido mucho, pero SE ACABÓ».

gato
Lo que yo quiero hacer por las tardes
limpiar
Lo que yo hago por las tardes

10. Hablar por teléfono: insisto, no hablo de una rajada cósmica de 2 horas, NO. Hablo de llamar a tu amiga cuando se te ocurre aquella gilipollez tan graciosa o poder hablar 10 minutos sin que te interrumpan porque «mi hermano me ha quitado una pieza del lego», «el otro se ha tirado un pedo en mi cara» o han desparramado las lentejas por todo el comedor. Contestar una llamada puede resultar tan estresante que casi mejor lo dejo para la próxima década.

Y hasta aquí esas insignificancias por las que ahora mismo, MATARÍA. ¿Alguna que me haya olvidado?