Existen una serie de normas sociales no escritas que a mí personalmente me tienen hasta el moño y que voy a empezar a incumplir pero ¡YA!

1. Llevar tacones a las bodas

A ver, los tacones son una puta tortura china y si le sumamos medias, vestido, pamela/tocado, faja… ¡AGOBIO! Todo eso encima durante mínimo 8 horitas que dura el sarao. ¿No sería más fácil ir directamente con un zapato plano? Que luego vamos todas locas a por las alpargatas que dan en la barra libre y ya nos da igual el look, la combinación de colores o que el vestido arrastre. Señoras, hay manoletinas preciosísimas con las que puedes aguantar to lo que te echen y encima vas monísima hasta el final del evento.

2. No llevar tacones porque eres más alta que tu novio.

Vale, amigas, me diréis que si antes me he quejado de los tacones por qué ahora los reivindico. Pues porque es ponerte un taconazo y tu nivel diosa sube al 1000. Y estoy harta de que me digan que no puedo ponerme tacones porque mi pareja es más bajo que yo. Ya sabemos que lo es, ¿qué más da?

3. Depilarme entera en verano.

Ay, queridas, esto me indigna especialmente. ¡En verano hasta el culo quieren que nos depilemos! Vamos a ver, los pelos existen por algo. ¿Qué tienen de malo? Y ya cuando me dicen que, hombre, yo me tengo que depilar porque soy mujer. ¡Qué alguien me pare porque mato al próximo que me lo diga!

4. Cruzar las piernas al sentarse

No, no es cómodo lo de cruzar las piernas. Yo quiero piernas abiertas pa que me de el fresquito, ya las cerraré cuando no quiera que entre algo. Fin de la cuestión.

5. No ir sola al cine

Pero, cariño, si al cine al final vas para ver una película, ¿qué más da si vas sola? Ves la peli que de verdad quieres ver y todas las palomitas son para ti.

6. Llevar sujetador.

Otra tortura china… No hay nada mejor que llegar a casa y quitártelo. ¿No será mejor no llevarlo directamente? Si se nota que se note, también se nota cuando lo llevo y nadie me dice nada.

7. Maquillarse/arreglarse para salir de fiesta.

Una vez fui a un crucero donde la primera noche fue fiesta pijama. Nunca, nunca, nunca pude pasar otra noche de fiesta más cómoda que esa. Lo mejor fue llegar a la cama y acostarme tal cual. Para mí lo peor es llegar de fiesta y tener que desmaquillarte cuando ni siquiera eres capaz de mantenerte en pie. ¡Qué viva la naturalidad!

8. Asentir y sonreír cuando algo no me gusta.

Señores y señoras que estáis detrás de un mostrador entendemos vuestra frustración pero eso no os da el derecho de tratarnos como si fuéramos una mierda. Yo, por mi parte, voy a dejar de sonreíros si no me tratáis bien.

9. Dar besos a alguien que no conoces.

Yo soy muy besucona pero tampoco voy por la calle dando besos a todo el que me cruzo. No voy a ser más antipática por no plantarte dos besos más cuando es probable que no te vuelva a ver en mi vida.

10. Vestir ropa que disimule mi gordura.

¡NO! Por aquí sí que no paso. Soy gorda, es algo que se ve y que NO QUIERO disimular. Paso de ropa ancha, negra, corte imperio y su puta madre. Bienvenidos bodys, vestidos ceñidos y colores atrevidos.

(Ceñidita y de negro por amarlo, no por disimular)