Ser feminista (o intentarlo) implica una constante lucha contra nuestras propias contradicciones, que no son pocas. Seguro que más de una y de dos os habéis visto en la tesitura de plantearos la no depilación (por lo de la torturita y por lo de la presión social, claro) y no ser capaces de dejaros crecer esos pelámenes, o en la de sucumbir al tacón en la boda de turno porque son un invento del demonio pero ¡ay! qué bonitos… o en la de transigir determinados comportamientos porque simplemente no teníais muchas ganas de discutir. Yo también, todo el rato.

Para no volvernos locas de culpabilidad (tan de la educación que hemos recibido las mujeres eso de la culpa ¿verdad?), debemos trabajar estas contradicciones como lo que son: disyuntivas morales normales para unas señoras (como tú y como yo) que han sido criadas en una cultura determinada (patriarcal y machista, sí), que quieren tomar las riendas de su vida al margen de la presión social y que para ello empiezan a cuestionarse todo su mundo y todo su sistema de valores para re-ocupar el espacio que les ha sido históricamente robado de manera sibilina y silenciosa.

Por eso hemos recopilado una serie de pautas que deberíamos tener siempre muy presentes para poder desarrollarnos como mujeres feministas con toda la tranquilidad que la situación permita, porque tendemos a autoexigirnos por encima de nuestras posibilidades y eso tampoco es sano…

  1. Asume lo que eres, con tus aristas y tus cosis. Ejercita la autocrítica y revisa tus actuaciones. No es necesario que te excuses todo el rato, pero ser honesta contigo misma y conocer tus limitaciones, es el primer paso para cualquier cosa (incluso para replantearte esas supuestas limitaciones).
  2. No olvides que el proceso de deconstrucción no es nada fácil. Hay que tener siempre muy presente que cada persona tiene sus tiempos de cocción y, sobre todo, que nadie nace aprendido. Te va a tocar trabajar mucho la empatía para intentar no juzgar a los demás según tu propio criterio. Aprende a contextualizar (en el tiempo y en el escenario), esto me lo enseñaron en primero de ciencias políticas y os juro que sirve para casi todo.giphy (5)
  3. Apoyar y participar activamente en el movimiento body positive no significa que estés obligada a estar 100% a gusto con tu cuerpo. Querer adelgazar, por ejemplo, no te convierte en mejor ni en peor persona. Es una decisión personal y debe ser lo más libre posible. Querer maquillarte, depilarte, vestirte de determinada manera… ni te convierte en un objeto, ni en una mujer cuestionable. Lo mismo con lo que uses para tu higiene menstrual y con tus fantasías sexuales. Ser consciente del origen de determinados hábitos no está reñido con la reapropiación de los mismos.giphy (6)
  4. Es posible que tu entorno te llame radical, exagerada y otras muchas lindezas cada vez que les señales determinadas conductas que reproducen roles patriarcales. No dejes de hacerlo. Paciencia. No tengas miedo de que te tachen de lo que sea. Y si no quieres hacerlo, tampoco te tortures.
  5. Poner en práctica la sororidad es muy necesario para mostrarnos unidas, fuertes y poderosas. Pero criticar y cuestionar, siempre desde el respecto, determinados comportamientos femeninos no tiene porque ser visto como un «tirar piedras a nuestro propio tejado». Aún queda mucho sobre lo que discutir y reflexionar, y el debate es todavía muy importante en un movimiento tan plural como el feminismo.giphy (4)
  6. Querer tener pareja no es malo, que toda tu vida gire en torno a ese deseo es terrible. Aprende a valorarte y a ser feliz contigo misma para poder tener una relación sana y estupenda.
  7. Empezar a ver el mundo con un prisma concreto probablemente te haga descubrir otras discriminaciones. La sociedad es muy compleja y hay muchas cosas que se nos escapan, es normal. Mantén tu mente abierta, aparecerán nuevas tendencias y sensibilidades que explorar y reivindicar.
  8. No, señalar actitudes machistas no te convierte en una odiadora de hombres por muy a la defensiva que se pongan algunas personas. Tampoco eres ni hembrista ni feminazi por defender a tope algunas reivindicaciones feministas.giphy (3)
  9. No eres la enciclopedia de nadie (y mucho menos en las redes sociales, que es especialmente cansado). Querer hacer pedagogía en género y feminismo está muy bien y es muy bonito, pero no debes sentirte responsable. Tampoco es necesario que lo sepas todo desde el principio… esto no es una carrera para ver quién es más feminista, tampoco es una moda; el feminismo es un sistema de valores que es posible que te acompañe toda la vida.
  10. Puedes (y debes) seguir bailando tus canciones reggaetoneras favoritas y criticar todas las machiruladas que aparecen en sus letras al mismo tiempo. Lo mismo con el rock, con el pop y con todos los géneros musicales del mundo. Pero no olvides que cada vez hay más grupos feministas que quieren hacernos mover el cucú y hay que darles support a tope.

Y, sobre todo, lee mucho, infórmate, manifiéstate todo lo que quieras y disfruta del proceso de empoderamiento femenino y feminista.

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Foto de portada.