Nos hemos convertido en unas abuelas y no nos hemos dado cuenta. ‘¿Yooo? qué vaaa, chicaaa’ respondes mientras te cruzas tu cárdigan vintage. Pues sí, amigas, hemos adoptado unos hábitos y hobbies propios de abuelas. Y oye, encantadas.

1. Hobbies de abuela:hacer punto de cruz, ganchillo, patchwork…

Todos esas cosas que fueron viejunas, luego hipsters, luego territorio de malenis y ahora nos hemos dado cuenta de que se pueden hacer cosas maravillosas.

2. Beber anís

Ahora que bebemos con elegancia, valoramos el chorrico de anís en el café. Solo también está rico. Y con tequila ni te cuento.

3. Sentenciar

Ya está, ya lo he dicho’ . Vamos soltando lo que nos da la gana y no pasa nada. Afortunadamente, ya hemos llegado a un punto de nuestra vida en el que hemos ganado lo suficiente en autoestima y no necesitamos estar pensando todo el rato en el qué dirán.

4. Suspirar

Ay, qué harta me tienes. Ay, qué pesado. Ay, qué guapo. Ay, qué gorda me veo. Ay, qué asco. Ay, qué de ays.

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5. Pasarnos con la ropa vintage

Que si este cárdigan tan mono, que si está falda de botones que ahora está tan de moda, estas blusas con cuellos bebé. Hay días que me parezco más a una foto de mi abuela hace 30 años que a una modelo de ahora ( ¿ha dicho modelo? jajajajajaaja). De hecho, algunas de mis prendas más amadas son recuperadas del armario de mi abuela y de mi madre ( que ya tiene un montón de nietos, así que, ABUELA).

6. Arreglarnos la ropa

Mi abuela siempre alucinaba con que no nos enseñasen a coser en el colegio. ‘Pobre, qué antigua se ha quedado’, pensaba. PUES YA ME PODRÍAN HABER ENSEÑADO: todo largo, todo se rompe, sacar botones, cremalleras que revientan…  O te dejas el sueldo en renovar vestuario o en la modista.

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7. Cocinar para doscientos

Sobre todo cuando no cocinas habitualmente. Pruebas a hacer lentejas y acabas haciendo una olla entera. Seguir las recetas no es lo nuestro.

8. Competir por ver quién está más enferma

Que si a ti te duele la espalda a la otra más, que si le duele la cabeza, es un tumor cerebral. La clásica escena de señoras en la sala de espera del médico contándose sus males, la podemos encontrar en cualquier bar.

9. Quedar para merendar

Ponerte ciega a tostadas con nata en una cafetería de toda la vida de esas que nos van cerrando. Estar tranquilamente hablando de vuestras cosas, sabiendo que nadie os va a interrumpir con chorradas porque estamos rodeadas de otras como nosotras. Solo que ellas con 50 años más.

10. Teñirnos de gris, rosa y morado.

¿Quién no ha tenido una abuela cercana que se teñía el pelo de lila? Ellas, las primeras modernas.

10. Odiar con cariño a la juventud

Les odias, pero a la vez te dan lastimica. Ay, criaturicas, lo que os queda por vivir. Te dan ganas de cogerles de los mofletes y pellizcarles fuerte fuerte. Maldito jovenzuelo.

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