Si has crecido en una familia numerosa, pero numerosa de verdad, de las de más de 3 hijos. De hecho, cuando cambiaron la ley a 3 hijos, en tu casa os entró la risa a todos.
- Cuando le dices a la gente cuántos hermanos sois, SIEMPRE, hay exclamación de sorpresa. Que va in crescendo según el número de hermanos, claro. 5, alaa. 8, ¿en seriooo? 12 QUÉ DICEEEES, ES MENTIRA.
- Compartías tu habitación con alguno de tus hermanos (o más) y cuando veías a tus amigas con su cuartito propio cual Virginia Woolf, soñabas con su vida llena de intimidad, luces apagadas por la noche, sin ronquidos nocturnos.
- Pero también has compartido armario, a la hora de pensar qué te pones, sabes que puedes contar también con la ropa de tus hermanas (aunque sea a escondidas).
- Si eras de las mayores, lo mismo te ha tocado encargarte de los pequeños y con 10 años ya eras una experta en cambiar pañales y limpiar culos.
- De pequeños, estrenar ropa era un acontecimiento, especialmente si te tocó ser de las menores, daba igual ropa de hermanos o de hermanas. Yo jamás tuve un uniforme nuevo y heredé ropa hasta que me empecé a diferenciar como la hermana gorda. Lo vintage para mí, nunca ha sido un tiene misterio.
- De hecho, lo de llevar ropa de marca incluso, era el extralujo y como mucho heredado.
- De hecho (bis), cuando la gente te dice que «pues tus padres debían tener pasta», tú piensas en los veranos de tus amigas estudiando inglés en Irlanda, yendo a Disneyworld, sus 10 chándals de Adidas y vosotros en casa de tus abuelos (tan felices) con los chándals de Alonso (insertar tienda ochentera cutre de tu ciudad aquí).
- A la hora de comer, el primero que llegue se lo queda. No esperabas que nadie te dejase la última patata. Por supuesto, la comida en cantidades industriales y los formatos familiares eran la única medida posible. Y como un día saliese poca comida era un drama de dimensiones monstruosas.
- La hora de la ducha era un drama, con gritos y aporreos continuos a la puerta, con tus hermanos colándose cual vieja en la cola del súper y ay! cómo entrase antes alguno de tus hermanos chicos antes a hacer caca.
- Si rompías algo, tenías un gran número de posibles culpables para librarte. Lo mejor era encubrirse entre todos y aquí no ha pasado nada.
- Cada ocasión especial era un momento de festival de la canción, obras de teatro, bailes. Que vuestros padres aguantaban sonriendo los primeros cinco minutos.
- No sabíais muy bien lo que era ir en coche normal, en tu casa solo había fragonetas. Y viajar en el maletero te parecía de una lógica absoluta, no se desaprovecha ningún hueco.
- A veces se quedaba gente a dormir en vuestra casa y vuestros padres ni se daban cuanta pensando que era otro hijo.
- Si te ha tocado ser de las pequeñas, tus mayores te han vacilado mucho por cualquier cosas y cualquier novedad en tu vida, ya ha sucedido varias veces en esa familia, así que no esperes que tu madre se emocione porque te ha bajado la regla.
- Jugabas a las barbies a los 16 tan feliz, pero solo porque te lo pedían tus hermanas pequeñas ¿eh?
- Cuando vuestra madre se quería dirigir a alguno de sus hijos, soltaba una retahíla de nombres antes de acertar.
- A la hora de hacer la tarea siempre había alguien para ayudarte en mates, lengua, ciencias y con un poco de suerte, hasta te la acababan haciendo antes que invertir un rato en intentar que entendieses algo.
- Además de ropa, te tocó heredar libros de texto si tenías hermanos muy seguidos. Con sus páginas subrayadas, mensajes esperando a ser leídos en un año e incluso hojas arrancadas por tu querida hermana mayor mientras se reía pensando «ojalá le manden leer la página 12».
- Seguro que has roto cosas de tus hermanos solo por diversión (o venganza).
- En algún momento de tu vida, tus padres se olvidaron de ti o de alguno de tus hermanos en algún lugar. A lo Kevin McAllister.
- Te acostumbraste tanto al ruido, al barullo, al poco espacio que a día de hoy no estás muy seguro de sí te gusta estar en soledad. Bueno. Sí, te encanta, joder.