Si piensas en los Vikingos pues te los imaginas como nos los han mostrado en las series como Vikings, vamos, un montón de Ragnars y Rollos buenorros a más no poder, rudos, altos, valientes, madre mía emigremos ya a Escandinavia, por favor.

Pero… Hay cosas de los Vikingos que nos han vendido y que no son del todo verdad.

1. Los cascos con cuernos. Se ve que fueron invención de un pintor pero que ellos no los usaron nunca. Vaya los usaban los vikingos de las series de dibujos de los niños, pero los reales asalvajaos que tanto nos gustan, no se ponían casco ni falta que les hacía. Ellos sin protecciones ni nada a la guerra.

 

2. No eran bárbaros guerreros que basaban su vida en saquear y matar. La mayoría de la sociedad vikinga se dedicaba a cultivar las tierras y a comerciar con lo que sacaban de ellas. ¿Así es que la mayoría eran campesinos? Madre mía, nos va a coger una depresión más grande que cuando murió Khal Drogo. De esta no nos recuperamos.

3. Los vikingos no solo vivían en Escandinavia. Como si eran grandes viajeros y conquistadores y les encantaba surcar los mares, llegó un momento que con sus conquistas, se podían encontrar asentamientos en Italia, Francia, Irlanda, España, Inglaterra, Rusia… Así es que nenas, no perdáis la esperanza entonces si no podéis iros a vivir allí y odiáis el frío, porque algún antepasado de estos queda por aquí. Yo ya os he explicado que ser un vikingo no es llevar una coleta o una trenza de pelo rubio y pelo largo, y ser fuerte. Que hay mucho de esos que luego son más suaves que Mr. Wonderful. Que ser vikingo es una actitud y puedes encontrarte uno en Murcia, y tú sin saberlo, así que abrid los ojos que sangres vikingas corren por nuestro país.

 

4. No todos los vikingos eran altos rubios y fuertes. Esto viene a corroborar el punto 3. El estereotipo de vikingo alto, corpulento, sucio, e incluso analfabeto, se aleja de la realidad. Se sabe que medían sobre  1,70 (media española). Que se lavaban y que tenían muchos intereses sobre todo en descubrir otras partes del mundo y culturas. Qué bonito hubiera sido que llegaran ahora a España y vieran que tenemos croquetas y tortilla de patatas, y que dormimos siesta, que siempre hace sol… no se hubieran ido de aquí jamás y tendríamos vikingos para aburrir. ¡Si es que se equivocaron de época!

5. No eran machista (bueno algo positivo) ya que luchaban en las guerras y en las conquistas con sus mujeres. Y tanto ellos como ellas en las batallas eran implacables, y peligrosísimos en el cuerpo a cuerpo por su violencia y falta de miedo. Además morir en la batalla era un honor.

Así es que nada después de saber esto, si a vuestro maromo le da por comer con las manos, irse a cazar cosas, hacerse un huerto urbano en vuestro balcón y cambiar tomates por wifi con el vecino. Os trata de igual a igual, y cuando lo mandas a buscar leña para hacer barbacoa se carga los arboles a patadas. No lo dudes, es tataranieto de un viking. Consérvalo aunque sea calvo.