Los aeropuertos. Ese lugar en el que se hiperventila más que en un paritorio, se hace más cardio que en un mes y medio de gimnasio y jugar al Tetris con el equipaje de mano es un clásico que nunca falla.
Nos encanta viajar pero, ¿por qué nos ponen tan de mala leche los aeropuertos? ¡Si son una maravilla y hay algunos realmente bonitos! Es lo que yo llamo: El Parque de Atracciones para Adultos. Mira, saca tu libreta de purpurina y apunta estas 5 razones para empezar a amar los aeropuertos desde YA.
- Te han encerrado. Te han encerrado con tiendas. Úsalas. Entra, chafardea, toca (menos cuando haya un DINA4 que diga “no tocar”), pruébate cosas que no te comprarías nunca… O, ¿quién sabe? Lo mismo hasta haces alguna locura y acabas comprando algo chulo.
- ¿Tienes hambre? No te preocupes si no tienes hambre, te garantizo que en un aeropuerto te acabarán entrando ganas de comer. Comer lo que sea y en el orden que sea: dulce, salado o viceversa… ¡Date el capricho! En los aeropuertos no existen las calorías, hazme caso, no existen. Sólo existen las ganas de pasarlo bien y vivir la vida saboreando lo que te dé la gana.
- ¡Sorpresa! ¡Tienes tiempo para ti! Eso es, como mínimo dos horas exclusivamente para ti, para dedicarlas a lo que te salga de las narices. ¡Maldita sea, aprovéchalo! Lee, hazte selfies y edítalos con alguna app molona, ponte al día con los mil millones de grupos de Whatsapp que tienes, píntate las uñas, aprovecha el wifi gratis… ¡Disfrútalo, es tu tiempo!
- Ponte los auriculares, busca tu lista de música favorita en Spotify y dale caña al volumen. Saca tus buenas vibraciones e imagina que tu vida es una serie de éxito de Netflix cuando vas al lavabo andando como una auténtica diva. No sé tú, pero yo ya estoy viendo tu aura con destellos rosas desde aquí.
- ¿Cuánto hace que no te escuchas? Pues… ¿ya va tocando, no? Escribe. Escribe sobre ti, sobre lo que esperas con ese viaje, sobre cómo te sientes, empieza esa autobiografía que tanta falta te hace, hazte preguntas y busca las respuestas. Un poquito de introspección antes de perderte entre las nubes siempre sienta genial. Y, te adelanto una cosa: cuando aterrices, seguramente sonrías un poquito más que cuando despegaste.
Y ahora que ya estás viendo con otros ojos los aeropuertos, ¡invéntate una excusa para volar bien alto!
@necore
