¿Os acordáis de aquella polémica con el color del vestido? Sí, sí, ese vestido que cada uno veíamos de una manera. Pues lo mismo ha pasado con la última foto subida por Amaia, la triunfita más querida de nuestro país desde Rosa de España. El caso es que la chica publicar, publica poco; pero lo ha hecho y ha subido el pan.
Y diréis, «¿qué tiene la foto de especial?». Pues que todo el mundo comenta, desde el «Amaia, come algo que te vas a quedar en la raspa» hasta los que la defienden (como si lo necesitara, ahora os lo explico) diciendo que la delgadez que muestra es fruto de un espejo óptico. Y a mí unos y otros me dan igual, pero que la noticia (publicada por un medio que días antes hacía apología del body positive) sea lo que pesa o deja de pesar esta chica… pues como que me chirría. Que yo de música no entiendo, pero dicen por ahí que tiene un vozarrón y que puede tener una gran carrera. No creo yo que si la foto fuera de un participante del sexo masculino, ni los medios hablarían de su peso ni la gente daría consejos o le defendería a ultranza.
Porque en esto último quiero hacer un inciso. Por un lado, en cuestiones de peso, siempre hay algún iluminado que tiene que salir a dar consejos. Son los que dicen «deberías cuidar tu alimentación y hacer ejercicio» si estás gorda o los típicos «te hace falta un bocata de chorizo» si estás delgada. Como si una no tuviera espejos en casa para darse cuenta. Como si, bajo la bandera de la libertad de expresión y la sinceridad, pudiésemos ir por ahí diciéndole a todo el mundo lo que pensamos. Vamos, como si nos lo hubieran preguntado. ¡Aburren!
Por otro lado tenemos a los defensores. A los que se enzarzan en peleas solo por defender a su ídolo. Lo hacen con la mejor de las intenciones, eso no lo dudo. Pero, ¿quién se lo ha pedido? Si Amaia no quiere entrar al trapo, ¿por qué crear aún más polémica en cuanto al asunto? ¿Por qué hacer una bola aún más grande? A unos y a otros solo les puedo decir que escuchen música, que disfruten de la artista (que digo yo que por eso son seguidores de su IG), que dejen de fijarse en su peso y que hagan posible que las mujeres podamos brillar por nuestros logros, que se hable de nosotras por nuestro esfuerzo, y no por nuestros centímetros de más (o de menos)
