¡Por fin llega el verano! Este año ha costado, el frío y la lluvia nos han tenido encerrados en casa hasta hace nada, pero en cuanto ha salido el sol la mayoría nos hemos puesto manos a la obra a preparar nuestras vacaciones y, desgraciadamente, nuestra maleta. Para mí lo de la maleta es como lo de volar, un trámite por el que hay que pasar para poder disfrutar de ese viaje tan esperado, pero reconozcámoslo: es un coñazo.

Da igual que lleves maleta de mano, maletón o mochila, da igual que la hagas 3 días antes o esa misma mañana…, cada vez que llenes la cama con la mitad de tu armario se te pasarán las mismas cosas por la cabeza.

  • “¿Cómo voy a meter todo esto en la maleta?”. En invierno 3 jerseys te ocupan ya media maleta y en verano no puedes decidirte entre vestiditos, faldas, shorts, monos… así que “to pa dentro”
  • “¿Meto esto o no lo meto?”. Todas tenemos esa prenda que pensamos que nos vamos a poner, pero no estamos seguras, así que primero decimos que sí, luego que no, luego va a la montaña de tal vez… e independientemente de lo que hagas, será la decisión equivocada: si lo llevas, no te lo vas a poner, pero si te lo dejas en casa, te lo querrás poner al menos un par de veces durante el viaje. Porque ¿quién no ha necesitado un paraguas en agosto o una camiseta de tirantes en noviembre?
  • “Qué coñazo ser gorda, la ropa de la talla S ocupa mucho menos”. Esto es una p*** realidad; he viajado con amigas más delgadas que llevaban mucha más ropa en maletas más pequeñas… La ropa de gorda ocupa más
  • “¿Habrá toallas en el hotel / apartamento?”. Si, siempre las hay, y lo sabes, pero no sabes por qué siempre tienes la misma duda. Al final, el llevarte o no la toalla acabará dependiendo del hueco que te quede en la maleta… O del asco que te den las toallas ajenas…
  • «Uy, hace mucho que no me pongo esta falda…, ni esta camiseta…». Y 3 horas después tienes 2 montones sobre la cama, el de ropa que te vas a llevar al viaje y el de ropa que hacía tiempo que no te ponías… y vas a seguir sin ponerte. Pero esta decisión te ha hecho perder un tiempo valiosísimo para hacer el equipaje…
  • “Voy a coger una chaqueta… por si refresca”. Una chaqueta fina y un pañuelo son indispensables en cualquier maleta. Y lo sabes. Pero siempre se te va a plantear la duda a la hora de hacer el equipaje… 
  • «Voy a cargar la power bank… y a coger los cascos… y un libro». A la que buscas unas cosas, encuentras otras, metes un libro, decides que quieres otro que ocupe menos, no encuentras los cascos, maldita sea, llamas a una amiga para que te deje unos, la power bank como siempre está descargada…
  • “Esto que pesa más me lo llevo puesto”. Esto es algo super recomendable, aunque implique llevar pantalones largos y zapato cerrado en agosto, pero todas lo hacemos y todas nos arrepentimos y pensamos que para el próximo viaje nos organizaremos mejor. Pero no
  • “¿Me dejarán pasar 2 bolsas de líquido en el control del aeropuerto?”. Muchas veces nos empeñamos en viajar con 50 productos de aseo como si en París o en Nueva York no vendieran champú… Pero aunque eres consciente de ello, no siempre te acuerdas y acabas llenando el neceser con más cosas de las que necesitas…
  • “No me cabe nada, tengo que empezar otra vez”. Todas hemos vivido ese momento en el que sacas todo de la maleta y empiezas de nuevo. También ese momento en el que decides cambiar la maleta por otra más grande y entonces te sobra espacio y lo llenas de “por si acasos”…
  •  “¿Me pesará más del peso permitido?”. Probablemente, pero hazte la loca y (recomendación de viajera) nunca nunca nunca peses una maleta de mano al hacer el check in en el aeropuerto. Cuando facturas no te queda otra, pero con la de mano… disimula
  • «Esto no cierra ni de coña». Al final siempre cierra. Como experta «hacedora» de la maletas, os aseguro que, aunque tengáis que quitar alguna cosilla, la maleta acaba cerrando. Ahora, no te garantizo cómo van a llegar las cosas a su destino…

Al final cuando llegas a tu destino siempre te acaba faltando algo, pero ¿y qué?, disfruta, estás de vacaciones! Ya sólo te queda preocuparte por cómo vas a meterlo todo en la maleta de vuelta… Pero, como me digo siempre, «Ése es un problema de mi yo del futuro».

¿Habéis vivido estas situaciones?, ¿qué otras cosas se os pasan por la cabeza al hacer la maleta?