Aunque cada vez haya más diversidad y se vayan alcanzando metas, aún es muy importante tu apariencia física en cómo percibe tu profesionalidad en el trabajo. Consciente o inconscientemente, tu apariencia será procesada y en ciertos entornos laborales el salirse del estándar es una desventaja y en algunos casos llegar a convertirse en un impedimento.

En ciertas profesiones o entornos de trabajo en los que se pretende dar una imagen que destaque sobre el resto, en los que la vanguardia en moda o el ser eclécticos puede llegar a ser una ventaja competitiva, tener un estilo singular pasará desapercibido, no serás juzgado por ello, o puede incluso jugar a tu favor.

En cambio, en la mayoría de empresas más tradicionales, en sectores más técnicos o con mayor trayectoria, difícilmente podrás llegar alto con tu pelo de colores, llevando tatuajes a la vista (no se cuentas tatuajes pequeños con detallitos “monos”, ya socialmente aceptados y asimilados) o vistiendo con un toque más informal.

¿Cuántas veces habréis oído decir que no te tatúes o nadie te va a dar trabajo? Hace cosa de un año, realizando un posgrado con profesionales en posiciones similares a la mía, tuve que escuchar que si no me había supuesto un problema en mi trabajo el llevar las puntas del pelo teñidas de azul.

Es decir, no importa lo buena que seas en tu trabajo, lo que te esfuerces o lo alto que hayas llegado, o incluso los resultados obtenidos: tus puntas azules indican que eres diferente y eso puede suponer un problema, y dejas de ser considerada apta bajo ciertos puntos de vista.

Como miembros de una compañía no dejamos de ser parte de una marca, de una imagen corporativa. Debemos contribuir a vender el producto y a que se identifiquen con ello, así que debes adaptarte y camuflarte entre el resto, no destacar y ser anodino.

Se anula tu identidad individual y pasas a ser parte de un colectivo. Nadie quiere ver en una conferencia, en una mesa redonda o en una reunión a alguien con tatuajes visibles, con el pelo de colores o sin un traje. No da confianza, no se van a fiar igual de ella. Por lo tanto, no vamos adelante.

No se es consciente que, si dejas desarrollarse a una persona tal y como es, sin límites y sin coartar su creatividad, esto se verá reflejado en sus resultados y su implicación, pudiéndose desarrollar más libremente y sentirse más integrado y con un mayor sentimiento de pertenencia.   

Aún tenemos mucho camino por recorrer para que sea social y profesionalmente más aceptado salirse de la norma, ser diferente. Que no se vea como una desventaja y que sea excluyente, sino como un rasgo más de tu personalidad y de tu manera de expresarte, por lo que no debería ser censurado. ¡Viva la diversidad y la originalidad!