Era una aburridísima tarde de domingo en Madrid, mi compañero de piso y yo -sin muchas esperanzas- buscábamos algún plan que nos evadiera al menos durante un rato de los exámenes finales, y yo, en un ataque de desesperación e histeria, le pedí a la vecina el periódico de la semana. Fue entonces cuando descubrí a Angélica Liddell.
A priori pintaba bien, una performance de un nombre desconocido, recientemente ganadora del Premio Nacional de Literatura Dramática (y posteriormente se haría con otros importantes premios internacionales), cerca de casa y con un precio bastante atractivo. No lo pensamos demasiado.
«Yo no soy bonita», ese era el título de la obra que representaba en Madrid, posteriormente traducida a más de 10 idiomas. La obra en sí, era una firme lucha entre la actriz, su cuerpo y la sociedad actual, la culpable de su infelicidad. Angélica, bastante oscura incluso fuera del escenario, deja ver la angustia de la mujer moderna dominada por el mundo sin ni siquiera sentirse parte de él. Es tal el odio hacia las personas que la rodean e incluso hacia ella, que llega a hacerse cortes en las extremidades en directo, de forma cruel y poética en perfecta armonía. Es una profunda reflexión sobre lo poderosa y a veces perturbadora que puede ser nuestra propia mente con su respectivo cuerpo cuando no tenemos la madurez necesaria para mirarnos al espejo y abordar nuestra identidad. Angélica Liddell, además de haber estudiado arte dramático, es licenciada en psicología y cursó varios años de conservatorio. Todo esto, es lo que puedes encontrar en cualquiera de sus múltiples obras, así que, si tenéis oportunidad, no os la perdáis. Os prometo volver a nacer.
Aquí dejo parte de una de sus obras:
Quería dar a conocer esta realización porque estoy segura de que todas en algún momento nos hemos sentido fuera de lugar, ya sea por complejos, juventud o agentes ajenos a nosotras, y creo que es de vital importancia seguir reivindicando el derecho de la mujer a ser quién y como quiera ser, sin prohibiciones no escritas o juzgados desconocidos. Disfrutad.
