Este maravilloso, a la par de inquietante, trabajo es de una claridad brutal. La artista Jessica Ledwich toma como punto de partida el concepto Monstrous Feminine, que la ensayista feminista Barbara Creed desarrolla en su libro «The Monstrous Feminine: Film, Feminism, Psychoanalysis» (1993), con la idea de construir una crítica visual en clave de género, que pusiera de manifiesto la objetualización del cuerpo femenino, en nombre de unas imposiciones que pretenden convertirnos en esclavas de nosotras mismas… ¿se os ocurre algo más sádico y cruel?

Lo de que «una imagen vale más que mil palabras», se cumple en la mayoría de los casos. En el mundo en el que vivimos, el impacto visual es cada vez más fundamental a la hora de crear imaginario y cuando, con una sola imagen, se consigue que el discurso no sea necesario, es magia cósmica. Representar una reivindicación social de una forma tan directa y convertirla en arte, no debe ser una tarea demasiado sencilla. Se nota que la autora, después de haber trabajado durante un periodo de su vida en el mundo de la moda, ha interiorizado tanto la problemática de las presiones estéticas a las que se ven sometidas las mujeres, que le sale la crítica de manera natural.

Por eso nos encanta esta serie de fotografías de Jessica Ledwich porque, aunque a simple vista pueda resultar algo incómoda y violenta, es de una belleza simbólica importante. Si sumas al contenido político y artístico de sus imágenes, unas composiciones estéticas tan cuidadas y llamativas, es imposible dejar indiferente a alguien; pueden llegar a removerte las entrañas por la cantidad de verdad que encierran. Habrá quien opine que son una exageración propia del arte, pero todos sabemos que la hipérbole enfatiza una realidad concreta que existe. Pero pasen y vean, juzguen con sus propios ojos, ¿a que son espeluznantemente maravillosas?

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