El «Libro de Actividades Feminista» que se ha currado Gemma Correll y que Ediciones B se ha encargado de traducir y editar en España. ¡No puedo estar más feliz! Dos de las cosas que más me gustan en el mundo (la ilustración y el feminismo), bien maridados en un cuadernito ideal para desestresarte, fomentar tu creatividad, hacerte pensar y luchar por la igualdad de las mujeres (¡que buena falta sigue haciendo!).
Supongo que muchas ya la conoceréis, pero por queda alguna despistada: no dejéis de ver sus cosiñas porque os va a encantar. Mi amor por Gemma Correll viene de lejos, creo que fue una de las primeras ilustradoras a las que empecé a seguir en Instagram allá por el 2011 (¡5 añazos! Joder, cómo pasa el tiempo…). La culpa en realidad fue de los gatetes, de los carlinos (siento profunda adoración por Mr. Pickles y por Bella que, además de ser los musos de la artista, tienen su propia cuenta de Instagram porque son la cosa más adorable del mundo), de algún unicornio despistado y de esos dibujos tan ¡ÑIIIIIIII! Siendo todo tan cuqui me resulta extraño que en todos esto este tiempo no haya terminado vomitando ositos Haribo, pero es que el trabajo de Gemma Correll tiene un nosequé irónico que lo convierte en algo muy top: gatos hastiados de la vida con la mirada perdida y cargada de suficiencia, perros que apuestan por la autoaceptación y situaciones muy cotidianas que la convierten en una especie de voz de nuestra generación. Son cosas que enganchan a cualquiera, esto es así.
En los últimos años hemos visto cómo se han puesto de moda los libros de colorear para adultos y cómo, con la llegada del calor, Instagram se llena de fotos del Cuaderno de la editorial del perrete. Pues este cuaderno feminista son 68 páginas para colorear, rasgar, aprender, destrozar, repensar, llenar de purpurina o cualquier cosa que se te ocurra. Tiene sopas de letras, crucigramas, el Test de Bechdel y de todo. Muy de volverte loca y no saber por donde empezar.
Me maravillan estas iniciativas que acercan la teoría feminista al común de los mortales, porque el espíritu crítico nunca debe estar reñido con el sentido del humor. Es bueno que las ganas de cambiar las cosas traspasen la academia y tengan un puntito de pop, porque eso significa que el mensaje está calando en la sociedad. Las referencias siguen siendo muy importantes.
Yo estoy muy a tope haciéndolo. En cuanto tengo un ratito saco mis lápices de colores y tiki-tiki. Me parece un enganche tan sano que lo dejo fluir. Me encantaría que mi sobrina fuese un poquito más mayor para regalárselo, porque me parece una manera genial de acercarse al feminismo. Creo que, de ser profesora, utilizaría «El libro de actividades feminista» en clase y todo, ¿no dicen que no hay nada mejor que disfrutar aprendiendo?. Pues eso.
Vamos, que es la bomba.
