Tenemos una noticia genial para las amantes del tebeo: la editorial Ponent Mon ha tomado la maravillosa decisión de traducir al español el manga de Moyoco Anno, «Gorda», en una edición de tapa dura muy molona y que huele de maravilla (mundialmente conocida es mi adicción al olor a tinta de los tebeos). Y esto mola por dos cosas: porque Moyoco Anno es una de las dibujantes más famosas de Japón (y darle visibilidad a la obra de mujeres de otras culturas siempre es un must) y porque la temática es tan Loversize que, durante su lectura (de una sentada), me vinieron a la cabeza decenas de artículos mientras pensaba en lo necesario que es trabajar nuestra autoestima.

Es curioso porque toda la vida he bromeado con mis amichis sobre lo grotesco que resultaría mi cuerpo en un país como Japón (mi 1’72 de estatura y mi talla 50 no se ajustan precisamente a los estándares de belleza orientales), pero nunca me había parado a reflexionar sobre el tema y ahora me siento un poco estúpida: ¿qué pasa con las gordas japonesas? Siempre el yo, el ego de gorda europea. Tendemos a mirar la realidad a través de nuestro prisma (en este caso el prisma de una mujer blanca, universitaria, occidental y gorda), olvidando que el resto de realidades sufren los mismos fenómenos (o parecidos) que nosotras pero en otros contextos. Por eso la interseccionalidad es muy importante y este tipo de publicaciones, porque aunque hay puntos que pueden chocarnos, ayudan a ampliar nuestro imaginario.

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Lo que más me sorprendió de «Gorda» es que, salvando las diferencias culturales, propone una problemática que parece casi universal entre el género femenino: la presión estética a la que estamos sometidas y como afecta a nuestra autoestima, a la manera de relacionarnos y, en definitiva, a toda nuestra vida. Pero no se queda solo ahí, toca otros temas igual de delicados, como el bullying, las relaciones tóxicas o los trastornos de alimentación.

Me impresionó mucho, quizás por eso de sentirme algo identificada, cómo Noko, la protagonista, utiliza la comida como un medio para evadirse de una realidad que la está destrozando. Los atracones y el sentimiento de culpa se muestran de una forma tan gráfica y cruda, sin florituras de ningún tipo, que la empatía y cierto rechazo (sí, rechazo… es increíble cómo de interiorizadas tenemos estas cosas) se retroalimentan. No hay lugar para la indiferencia.

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Si lo que buscas es el arquetipo típico de heroína o de mujer fuerte y rebelde, este no es tu tebeo. Porque el mundo es muy complicado y también es importante visibilizar las miserias y las contradicciones que vivimos las mujeres y que son, en gran parte, producto de la sociedad en la que vivimos y de las relaciones de poder a las que están sujetos los cánones de belleza. Noko somos todas.

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