Por aquel entonces éramos unas teenager; lo siento churri si esto te hace sentir viejuna. Una etapa vital bonita (claro, porque como diría Karina: mirando en el baúl de los recuerdos, uuuuuh uh, cualquier tiempo pasado nos parece mejor), a tope de hormonas, y muy pero que muy diferente a los tiempos de hoy en día (esto sí que es viejuno).

La tecnología ha avanzado mogollón y ahora los niños en vez de venir con un pan bajo el brazo traen un smartphone o una tablet.

¿Alguien sabe usar un mapa? Digo de papel, porque hay quien pone el gps para ir al bar nuevo que han abierto en el centro de su ciudad.

El tema es que hasta que no te pones a hacer memoria no eres consciente de todos estos cambios, así que vamos a recordar como vivíamos hace 20 añitos:

 

Tu primer curro de niñera (de un Tamagochi)

¡Qué locura con el bicho pixelado! A mi no me enganchó y nunca tuve uno, pero mis hermanos me encasquetaban el suyo cuando se iban a dar un chapuzón. Habían dos tipos de Tamagochiteros: los que estaban todo el día pendientes de él y cuando lo dejaban a cargo de alguien daban instrucciones muy precisas de sus cuidados; y los que lo “resucitaban” día si y día también (metiendo un alfiler en la parte de atrás).

 

Tu lectura imprescindible: la Super Pop y la Vale

Las revistan que lo petaban y que siempre traían posters de los guapérrimos de turno para forrar la pared de tu habitación. Además solían venir con regalos cuquis y de moda como el anillo del humor (que cambiaba de color, aunque siento comunicarte que a lo que reaccionaba era a la temperatura), la pulsera de la amistad, el colgante de la paz, o pegatinas del Girlpower de las Spice Girls. Además la Vale tenía sección de sexo donde podíamos aprender algo más allá de la clase de Bilogía: pene+vagina=embarazo.

 

Take That y Backstreet Boys nos volvían loquitas

Las Boybands han ido desapareciendo de entonces a ahora, pero hace 20 años parece que no había otra cosa. Y es que lo rompían a base de música popera pegadiza y chicos guapos de todos los colores y sabores.

 

 

Carpetas forradas de amor platónico

Nuestros primeros DIY fueron gracias a los dos anteriores: los chicos que nos hacían el chirri Pepsicola y la SuperPop que llenaba sus páginas de fotos de ellos. Unas tijeras, algo de pegamento y forro adhesivo y te hacías una carpeta de lo más molona para ir al insti. Si además tenías una carpeta con separadores lo más cool era pasarla a tus compis de clase para que te la firmaran, pusieran dedicatorias o gilipolladas del estilo: Me gustaría ser Superman para llevarte volando, pero como no lo soy te jodes y te vas andando. ¡Pura poesía!

 

 

Nuestro primer móvil: un ladrillo con pixeles más gordos que mi culo

O tenías un Nokia 3310 o soñabas con él, porque todo el mundo estaba loco con el juego Snake. Yo tuve un One Touch Easy, o como le llamamos mis amigas y yo, un Güan Tochísimo.

T acurdas d scrbir sms así?:D Dam 1prdi xa no gstar saldo y bjo.

Ahí, haciendo cuentas de los caracteres restantes y comprimiendo todo lo que queríamos decir era más fácil que las conversaciones infinitas de Whatssapp.

 

 

Sensación de Vivir y Melrose Place

Otro bombazo que llenaba las páginas de la SP y la Vale; la primera serie que tenía líos amorosos y sexuales y había que cotillearlo sin falta en el recreo. Brandon y Dylan rompieron corazones y forraron tantas carpetas que se debió perder la cuenta.

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Lo que ellos llaman leggings fueron nuestras mallas

Pues si, las mallas estuvieron muy de moda hace 20 años, luego las llamaron leggings y las volvimos a comprar como si se tratara de una cosa nueva, pero ya nos las poníamos antes de los 90.

La pantalla del ordenador ocupaba medio escritorio al menos

Pantallacas de tubo para tele y ordena, que pesaban más que un muerto. Si tenías ordenador este fijo que se comía casi toda parte útil de tu escritorio, además de que tenías que esperar a tu turno porque era para toda la familia, del cual gastabas la mitad de tu tiempo esperando a que cargara una página.

 

 

Si te llamaban toda tu familia se enteraba de quién lo hacía

Más que nada porque como no fueses más rápida que un rayo tu hermano respondía el fijo antes que tú y

– Hola, ¿está Sara?

– Si, ¿de parte de quién?

– Espera, ahora se pone

 

Uuuuuuuy Juaaaan , el de tu clase…¡Sara y Juan son novios!.

Y ya tenías al mamarracho de tu hermano puteándote una semana.

 

 

Y todo daba para escribir un diario

Desde la llamada de Juan al puteo de tu hermano. Un diario con candado, claro; y muchas veces con llavecita con forma de corazón, que bien te esforzabas en esconder. ¿Otro puteo de hermanos? ¡Leerlo!

 

¿Qué pensáis, deberíamos recuperar estas cosas?