Os prometo que yo no quería engancharme a esta edición de Gran Hermano. Entre GH15, Supervivientes, Pasaporte a la Isla y toda la mierda de la buena que ofrece la MTv (puedo estar horas viendo The Valleys en bucle sin pestañear), estoy un poco saturada y bastante hasta el mondongo de tanto reality. Además cada vez soporto menos a Mercedes Milá. Y sí, la culpa es mía por tener tan poco filtro (latigazo, latigazo…). Pero claro, de pronto aparecen en escena Maite enseñándonos las bragas con su canción de «La Papela» (hit del otoño YA) y un ser de luz llamado Han, y claro una, que no es de piedra, termina por dejarse seducir por las malas artes de Vasile (gracias Vasile) una vez más. El espectáculo está servido: pan y circo.
Últimamente Telecinco está (demasiado) copado por los protagonistas de Mujeres y Hombres y Viceversa, con todo lo que ello conlleva. Pero creo que en este universo televisivo fascinante, solo hay una cosa peor que un tronista, y es un intento de tronista cutre y sin gracia. ¡Bingo! Nos ha tocado el perrito piloto… un tío con una imagen muy mal cuidada, bronceado, musculado, con la ceja depilada, que dice que le encantan los libros de autoayuda (WTF!) y que se pasa el día con el pecho palomo al descubierto paseándose por toda la casa. Para mí un marciano y el antimorbo total. El nombre de este muchacho es Suso y ya ha encontrado un escudero en el que apoyarse, Muti. El Don Quijote y el Sancho Panza del roneo ¡acabáramos!.
Pues estos dos especímenes llevan una semana poniéndome de los nervios con eso de hacerse los guays comentando sus conquistas. Se permiten el lujo de hablar de algunas de sus compañeras de concurso como si fueran objetos; objetos sexuales para ser más exacta. Hasta el momento la parte más perjudicada está siendo Sofía, prole de la de «La Papela» y proyecto de novia de tronista (creedme si os digo que me molesta mucho hablar así de una chica, pero parece que, de verdad, esa es su única aspiración en la vida), pero esto debería ser considerado como una ofensa moral para el resto de las mujeres de la casa de Guadalix y del mundo entero.
Cuando creíamos que nada iba a superar las omnipresentes bragas de Maite y los sabios consejos maternales que le regaló a su hija: «No folles con él (Suso), tú pide 20 minutos (sin cámaras), le haces una paja y que se joda esa tía (Raquel)». Una madre enseñando a su hija a ser machista en directo, maravilloso. Aparece esta pareja de machitos ibéricos, queriendo partir el bacalao y llevarse de calle a todas las titis. En plan Pajares y Esteso pero del siglo XXI, da repelús ¿eh?
Bueno, pues resulta que el tal Suso, que se autodenomina como un «obrero del amor» (cajonaconaqueobotou!), dedica las horas muertas (que en Gran Hermano son muchas) a soltar lindezas de un calado moral que impresiona: «Sofía está usada, ya no me interesa. Raquel ahí…y si no…le tiro a Carolina». Arcada infínita. Mientras tanto Muti, su secuaz más leal, le ríe la gracia y deja caer la idea de que quiere liarse con Sofía. La camaradería masculina no tiene límites.
Es increíble como los roles de género (masculinos o femeninos, me da lo mismo) son capaces de mutar para adaptarse a la vida moderna y continuar con la reproducción de determinadas conductas, pero de una manera tan sútil que, por mucho que los veas, no puedes hacer nada más que denunciarlos. Y aún habrá quien me llame exagerada. Habrá también quien contraataque diciendo que son ellas las que entran en ese juego y no me quedará más remedio que admitir que sí, que hay mujeres machistas. Pero esto no significa que sea menos aberrante para el espectador medio, sobre todo teniendo en cuenta que estos personajillos terminan siendo un ejemplo de comportamientos para muchos adolescentes descerebrados y mega hormonados (cosas de la edad) que se creen que actuando de esta manera van a ser los más fuckers del instituto. Por eso creo sinceramente que los jefazos de GH deberían ser responsables y, de alguna manera, tomar cartas en el asunto; me encantaría ver a la Milá poniéndolo de vuelta cualquier noche de estas. Ya nos llegó con la actuación estelar de Omar el año pasado y por mucho menos echaron a Argi hace un par de ediciones.
