Si hay una forma de describir a Honey Boo Boo y su familia, podríamos decir que son asquerosamente cuquis. Cuquis porque son adorables, y lo anterior, porque aunque son increíblemente marranos y maleducados, dan ganas de adoptarles. Un reality protagonizado por una niña gordita y rebelde y su irreverente familia nunca está de más.

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Vale, vale, por partes, ¿quién narices es Honey Boo Boo?

Alana Thompson apareció por primera vez en televisión durante el programa Toddler’s and Tiaras. En este reality norteamericano se cuentan las neuras de las madres que presentan a sus pequeñas a certámenes de belleza en Estados Unidos. Con tan solo 6 años, Alana se convirtió en un fenómeno viral debido a su desparpajo y sobre todo, a lo que distaba del resto de niñas remilgadas, delgaditas y estiradas que suelen presentarse a este tipo de concursos. Honey Boo Boo (así llaman a Alana el resto de peculiares miembros de su familia) viene de un mundo sin complejos en el que sus padres la han enseñado a quererse como es, con lorzas incluídas. A mi me conquistó el día que la vi hablar moviendo sus michelines como si fueran marionetas. Eso es amor y lo demás son tonterías.

michelines alana

En cuanto se percataron del filón que suponían Alana y su familia les propusieron tener su propio reality ‘Here comes Honey Boo Boo’. En él se narran las aventuras de toda la tropa y lo que empezó siendo el centro de atención (los concursos de belleza de Alana) acabó totalmente relegado a un segundo plano al descubrirse que cada miembro de la familia era más histriónico que el anterior. Mi amor se divide entre Alana y su madre June (Cupon Queen). Quizás no le den el premio a la ‘madre del año’, pero educa a su hija a quererse tal y como es y ella es la primera en dar lecciones de amor propio. Se ama con sus kilos e imperfecciones, es la primera en reírse de si misma y lleva todo el drama que les rodea con un humor envidiable. Sabe que su hija no es ni la niña más mona ni la más estilosa, pero la apoyará sea cual sea su sueño (aunque este incluya tener un cerdo en casa como mascota).

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En Estados Unidos han recibido por todos los lados. Lo cierto es que los Thompson tienen la casa que da miedo de sucia, lo de hablar sin tacos es algo que no conocen y no pueden comer peor (se pasan el día atiborrándose de porquerías), pero lo que a mi me cautivó desde el minuto uno fue el amor y positividad que desprenden a pesar de no ser precisamente la familia perfecta. El padre no tiene dientes, la madre es adicta a los cupones descuento y tiene con 32 años 4 hijas de 4 padres diferentes, la hija mayor (de 18 años) se queda embarazada en la primera temporada y todos viven en una choza que se cae a cachos teniendo  que tolerar a 5 metros trenes que pasan cada pocos minutos. La vida no es fácil para Alana y su familia, y sin embargo transmiten una ternura (bestia, pero ternura al fin y al cabo) que muchos quisiéramos.

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Otro tema es el de lanzar al estrellato a niños tan pequeños. No estoy de acuerdo con esta clase de actos, pero he de decir que June, la matriarca, está guardando todo el dinero que están consiguiendo para que todas sus hijas puedan estudiar y tener un futuro de provecho. La serie va por su cuarta temporada y a pesar de sus detractores sigue haciendo grandes datos de audiencia.

A mi la gente ingeniosa y natural me flipa, por eso no quería dejar pasar la oportunidad de hablaros de esta familia que me ha robado en parte el corazoncito. Eso sí, este reality no es apto para finolis ni amantes del humor elegante. Si por el contrario eres de los míos y el humor pueblerino te pierde, adelante.

Alana we love you.

alana awesome