Todo esto viene a cuento de otro artículo sobre marichulos televisivos, donde comenté que, en mi humilde opinión, el peor marichulo de la historia de la TV no es otro que nuestro amigo el asquerosete de Ross. Los fans de Friends vimos la serie por primera vez mucho antes de que esta nueva ola de feminismo que estamos viviendo pusiera a los marichulos en el punto de mira. Por eso, es posible que el título del post os suene a chino y que no recordéis al personaje como yo lo hago. Y es que no le coges asco a Ross HASTA QUE NO SALES con un Ross.

A continuación, expongo mis motivos. Decidan ustedes.

Número 1 – Ross es un celoso compulsivo

Después de mucho tiempo trabajando en el Central Perk, a Rachel le ofrecen un trabajo en Bloomingdale’s. Estaba en las nubes, claro. ¿Os acordáis de Mark, su compañero? Ross tenía celos de él, por ser atractivo y seguro de sí mismo. Hasta le dijo a Rachel que le había ofrecido al trabajo solamente porque quería acostarse con ella. Rachel trató de explicarle que no había nada entre ellos, que estaba enamorada de Ross y que debía confiar en ella. Ross pasó miles. Se presentó en la oficina para montarle el numerito y marcar territorio. Le dijo que estaba cansado de tener una relación con el contestador automático (Rachel llevaba un par de semanas en su nuevo trabajo). Llegó a gritarle a Mark.

Ross también salió con Elizabeth, una alumna de su universidad. Ojo, cuidao, UNA ALUMNA. Pues esta chica pretendía irse de vacaciones de primavera con sus amigos, que es una cosa muy american, pero a la muy pelandrusca no se le ocurrió otra cosa que meter en la maleta un bikini. ¡Un bikini! Habrase visto. Por supuesto, esto despertó en Ross la seguridad de que Elizabeth iba a dedicar las vacaciones a ligarse a otros tíos. Y a la pobre chica no le quedó más remedio que ponerse a tranquilizar al patético de su novio DE TREINTA TACOS.

Número 2 – Ross es un celoso compulsivo porque es un infiel compulsivo

Es una teoría, pero creo que Ross tiene miedo de que sus parejas lo engañen a todas horas porque… CHAN CHAN CHAN… ¡Él les acaba poniendo los cuernos a todas! Durante la serie, Ross engaña a la chica calva (la amiga de Phoebe), a Julie, a Emily (si tenemos en cuenta su desastre de boda) y también a Rachel.

Sobre esto último, está el tema de “darse un descanso”. El desarrollo de los acontecimientos fue el siguiente: Rachel estaba hasta el coño de sus paridas y mencionó que quizá deberían darse un descanso -> Ross salió dando un portazo ->  Ross le colgó el teléfono a Rachel para no hablar más del tema ->  Ross se acostó con otra -> Ross se pasó el resto del episodio tratando de ocultarle a Rachel que se había acostado con otra. Durante el resto de la serie, defendió que no había hecho nada malo porque habían acordado darse un descanso. ¿Hola? ¿En qué momento acordasteis nada? ¡Si saliste huyendo como un crío! Y, si tan seguro estás de no haber hecho nada malo, ¿por qué trataste de ocultarlo?

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Número 3 – Ross es un infiel compulsivo porque es un mentiroso compulsivo

El tío MIENTE continuamente y por todo. ¿Lo más gordo? Cuando Rachel quiere que anule su boda, él le dice que lo ha hecho. Su motivo es que no quiere tener un tercer divorcio. OLE TÚ.

Número 4 – Ross se cree que las mujeres le deben algo

Y, más específicamente, que Rachel le debe algo. Porque claro, él ha estado enamorado de ella desde que eran adolescentes. Lo menos que puede hacer Rachel es devolverle el favor. El argumento de Ross es que él es un Buen Tío®. ¿Por qué a las mujeres siempre les atraen los malotes? Cuando tienen a sus pies a hombres que las tratarían como a reinas, como él. Lo malo es que, una vez eres su novia, Ross te trata como la mierda y su argumento de Buen Tío® se cae por su propio peso (y, si no cedes, quizá funde un club en tu instituto para agrupar a la gente que te odia: véase el “Club de Odio a Rachel Green”).

¿Sabíais que Friends acuñó el término “friendzone”? Pues sí, qué gran servicio nos hicieron. Y digo yo, Ross, ¿no sería mejor que tú sacaras a Rachel de la fuckzone y empezaras a valorar un poco su amistad? Pero no, porque una amiga a ti no te aporta nada, ¿verdad? Mejor continuar tu obsesión hasta la edad adulta, insistir en conseguir una relación con ella y, mientras tanto, sabotear todos sus noviazgos con otros tíos. Mucho más sano y para nada creepy.

Número 5 –  Ross no respeta a las mujeres, en general

Para decidir entre Julie y Rachel, Ross redacta una lista de pros y contras de ambas. Entre los contras de Rachel: “es una mimada”, “es solo una camarera” y “es demasiado presumida”. No le importa que Rachel sea mimada y trabaje de camarera porque sus padres, en lugar de prepararla para la vida real, la educaron para que encontrara un marido rico cuanto antes. Ni que a pesar de ello sea perseverante, ingeniosa, ambiciosa y divertida a lo largo de toda la serie. Tampoco le importa que sea presumida, sí, pero que tenga también un sentido de la moda muy desarrollado que la llevará lejos en los negocios. Para Ross, las mujeres deben ser hermosas, pero no conscientes de serlo: eso lo tienen que valorar los hombres.

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Número 6 – Ross es un hermano horroroso

Vaya por delante que adoro a Mónica. Mi mejor amiga es básicamente una Mónica. ¡Pues no entiendo cómo es posible que Ross sea el hijo favorito! No me cabe en la cabeza. Cuando el garaje de los padres de Mónica y Ross se inunda, solo los recuerdos de la infancia de Ross se salvan, con el consiguiente disgusto de su hija. Para compensarla, le regalan un coche. ¡Pues Ross se pone celoso!

Tampoco pierde nunca la oportunidad de reírse de ella por su peso cuando era adolescente. Vale que es Friends y el tema del peso de Mónica está fatal llevado a lo largo de toda la serie, pero ella creció escuchando los comentarios de una madre bastante tóxica y resulta que su hermano perpetúa el patrón. Se ríe de ella por no haber tenido nunca novio porque, claro, GORDA. Hace bromas con que ella solía amenazarle con sentársele encima, sin tener en cuenta que seguramente aunque ahora esté delgada también podría partirle la boca sin problemas.

Número 7 – Ross perpetúa constantemente los roles de género

Cuando encuentra a su hijo Ben jugando con una Barbie, se pasa el episodio tratando de convencer al niño para que la deje y juegue con otra cosa “más de niños”: un G. I. Joe o un camioncito, por ejemplo. No se vaya a volver maricón.

Cuando Rachel contrata a un niñero para Emma, Ross se sube por las paredes: ¿un niñero?, ¿pero es gay?, es como si una mujer quisiera ser… Ross no termina esa frase, por desgracia, la mirada que le lanza Rachel se lo impide.

Rachel y Phoebe deciden tomar clases de defensa personal y eso no está bien, por supuesto. Así que Ross les dice que él sabe karate y que la defensa personal es inútil sin “unagi” (concepto inventado, unagi significa anguila de agua dulce). Para demostrárselo, se esconde varias veces para fingir un ataque y demostrarles que sus esfuerzos son ridículos y que él es superior a ellas.

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Número 8 – Ross es homófobo

La serie cogea mucho de homofobia y transfobia, la verdad. Alguien se ha dado el trabajo de recoger en un vídeo todos los momentos homófobos de Friends y le han salido la friolera de 50 minutos de metraje, oiga. Ross, como no puede ser de otra manera, es el PEOR.

No pierde ocasión de contarle a todo el mundo que su primer matrimonio terminó porque su mujer lo engañó con otra. No es consciente de tener responsabilidad alguna en el fracaso del matrimonio, aunque Carol le haya dejado claro que no fue únicamente por su sexualidad. Cuando su novia Emily empieza a pasar tiempo con Susan, la actual mujer de Carol, porque claro: la homosexualidad se contagia, como los piojos, y los no-hetero están siempre a la que salta para engrosar sus filas con quien sea.

Cuando se enfada un poco con Chandler y empiezan a escribir mentiras el uno sobre el otro en la página de exalumnos de la universidad, Ross escribe que Chandler “es muy gay”. Porque claro, eso es un insulto. A ver, Ross: ¡que vives en el Nueva York de los 90, no en el siglo XVI!

En resumen

Hay gente que cree que Ross es realmente un buen tío y, por mí, genial. Lo que no acepto es que crean que es un buen tío y, POR LO TANTO, merece a Rachel. Como si fuera una especie de premio por buen comportamiento. Las mujeres no somos trofeos: tenemos deseos, necesidades y una vida real más allá del tío que se obsesionó con nosotras en el instituto. Y no tenemos por qué hacerle mamadas a cambio de que sea una persona decente. Ser una persona decente es LO PUTO MÍNIMO que puede alguien hacer en la vida.

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Autor: Begé.