Este artículo se basa en los 4 primeros capítulos y NO CONTIENE SPOILERS.

Showtime la presenta como la hermana de Shameless y es cierto que en algunos momentos, Bridgette, bien podría apellidarse Gallagher. Pero SMILF merece ser reconocida por sí misma.

La serie es el retrato tragicómico de una madre joven, con pocos recursos y soltera. Sus inquietudes, sus traumas y sus relaciones, pasan de lo más cotidiano a lo más extravagante en un segundo. He aquí lo que más y lo que menos me ha gustado hasta ahora:

LO QUE MÁS:

– Bridgette (o, lo que es lo mismo, Frankie Shaw). Sin duda, la protagonista y creadora de la serie es un gran descubrimiento. Te crees sus ojos de cansada, su pelo sucio… pero sobre todo te crees ese amor por su hijo. Porque, aunque he leído por ahí que esta es una serie sobre una madre arrepentida, Bridgette quiere a su hijo más que a nada en el mundo.

– La sororidad. Sí, en esta serie, las mujeres se ayudan entre ellas. Puede que tengan sus más y sus menos, pero a pesar de todo se apoyan. La amiga, la madre, incluso la nueva pareja del ex de Bridgette le echa un cable para poder salir más o menos adelante. Y eso, en una sociedad en la que suelen mostrar a los personajes femeninos en una constante competición, se agradece y mucho.

– La familia. Como decía Tolstoi en Ana Karenina, todas las familias felices se parecen, pero cada familia infeliz lo es a su manera. En SMILF, se representa a la familia como algo disfuncional y por eso, irónicamente, funciona. Me creo esa maternidad “de supervivencia” de Bridgette, pero también me creo el amor odio que siente hacia su propia madre. Porque parir no nos hace perfectas, pero el amor sí (aunque desde fuera pueda parecer que somos un p*to desastre).

Los tabús. En esta serie no temen enfrentarse a los temas más peliagudos (adicciones, trastornos alimenticios, abusos). No solo no lo teme, sino que se atreve, incluso, a hacer humor con ellos. Reconozco que a mí me gana esta manera de plantar cara a la realidad, aunque también advierto que habrá quien lo encuentre de mal gusto.

 

LO QUE MENOS:

– El título. Single Mom I’d Like to F*ck. Que sí, que es irónico, que lo pillo. Pero creo que el título no hace justicia a este gran descubrimiento televisivo, la verdad. Porque esta serie no va solo de una madre soltera, qué va. Va de precariedad, de ilusión (sí, también hay hueco para la ilusión), de ser mujer…

En resumen, recomiendo totalmente SMILF, tanto si eres madre como si no. Eso sí, no os esperéis una comedia fácil. Lo que os haga reír en un momento, puede que os haga llorar después. Y viceversa.