Y digo yo, ¿se puede molar más que un flamenco? Definitivamente no. ¿Y por qué? Pues porque aparte de tener tipazo (sí, Simba de mayor estaba bueno y los flamencos tienen tipazo) y lucir esa pose sexy de pata subida que ya me gustaría a mi mantener en clase de yoga, molan porque son rosas. Y ser rosa es lo más. Y punto. Bueno, menos si eres Patricio Estrella, que aunque sea rosa sigue siendo feo.

Así que debido a mi seria obsesión por las aves más divinas del planeta, he sentido el deber moral de dedicarles un post en condiciones, para que todas las locatis como yo, con tendencia a convertir su casa en un humedal, se fundan la paga extra de verano. Aviso a navegantes: las imágenes que muestro a continuación pueden provocar flamenquitis aguditis.

Hay muchas formas de integrar este icono en nuestra decoración sin caer en el error de convertir nuestra casa en un bar temático de Miami Beach. Hay opciones infinitas para sacarle todo el partido a la fiebre pink flamingo: desde darle un toque a nuestro salón de manera permanente, con un papel pintado o algún toque en los objetos de decoración, hasta dejarnos llevar por el furor veraniego y aprovechar esta tendencia tiki – tropical que viene pegando fuerte. Ya sea para tematizar nuestra terraza o para marcarte una summer party de lo más chula.

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De izquierda a derecha: Vajilla, juego de té, juego de cojines, guirnalda, cojín estampado, velas de pincho, luz de neón, pajitas, papel pintado.

Imágenes: Pinterest.