Sí, soy zurda. Vale, me parece estupendo que tu amigo, familiar random o compañero de curro también lo sea. Y no, no somos una secta, aunque podríamos serlo para acabar con la dictadura de las tijeras de mierda. Hace poco fue el día de los zurdos, y ya lo creo que nos merecemos un día especial. ¿Por qué? Si escribes con la mano derecha seguramente no te has planteado muchas de estas cosas. Pero si tu lado dominante es el izquierdo… I feel you.

Venga, repasad conmigo algunas de las cosas que nos pasan a los lefties:

  • Como decía al principio, cuando alguien te ve escribir con la mano izquierda automáticamente te cuenta que conoce a alguien que es zurdo. Pues OK. ¿Qué hago, lo busco en Facebook? ¿Lo meto en el grupo mundial de left-handers?
  • En caso de que aún no te hayan dicho lo anterior, tal vez te caiga la pregunta: «Ah, ¿eres zurda?». No, figura, soy la imagen especular de Cristina. Anitsirc, encantada.
  • Las herramientas y utensilios no están diseñados para zurdos. Ninguno. Tijeras, bolis, tazas, cuchillos, abrelatas, la disposición de la mesa en general… Tengo una cuchara con mi nombre y lo leo siempre al revés porque está grabado para diestros. Aquí también soy Anitsirc.
  • Las putas sillas con minipupitre incorporado. Siete mil sillas con el pupitre para diestros y una para zurdos. El Santo Grial.
  • El ordenador también es para diestros. ¿Habéis visto dónde está el teclado numérico (aparte de arriba de las letras)? ¿Y el ratón? Pues eso. Aunque mi querido portátil Lazarus (no busquéis la marca, es su nombre) no tiene teclado numérico y la rata táctil está en el centro. TOC controlado.
  • Es maravilloso el mundo de las cosas hechas especialmente para zurdos. Qué comodidad, qué bonito. Gracias, Ned Flanders.

  • La cara de colapso cerebral que se te queda cuando intentas firmar algo en un sitio como un banco y la cadenita del boli NO LLEGA. Fuuuuuck.
  • Todo el mundo dice que debe ser superincómodo escribir en carpetas y libretas de anillas siendo zurdo, pero yo creo que es incómodo para todos. Si utilizas ambos lados del papel, claro, #SaveThePlanet. No sé, que algún ambidiestro me saque de dudas.
  • Que antiguamente se nos relacionase con tema del Diablo, brujas y todo eso. Claaaro, muy lógico. Me imagino a los inquisidores en plan: «¡Escribe con la izquierda! ¡A la hogueraaa!». Aunque, bueno, igual depende de la persona gritarían: «¡Escribe! ¡A la hogueraaa!». Por eso están los diestros y los siniestros. Pues me mola estar relacionada con el Diablo, en serio, porque ¿habéis visto a Lucifer, el de la serie? No hay más preguntas, Señoría.

  • El tema de emborronar lo que escribes. Y lo que dibujas. Ya sea lápiz, boli, rotulador, láser sobre madera… Igual es un don, el don de emborronar.
  • Tener que pensar bien dónde vas a sentarte para no dar/recibir codazos. Codo de zurdo versus codo de diestro, FIGHT!

Y seguro que hay muchos otros dramas de ser zurdo, ¿cuáles se os ocurren?

Pero, a pesar de todo, yo estoy superorgullosa de mi zurdera (que aunque suene fatal es el hecho de ser zurda). Porque somos inteligentes, tenemos mucha creatividad y coordinamos genial los dos hemisferios cerebrales. Además, los lefties detectamos enseguida a otra persona del gremio, ya sea en la tele o en la vida real, y automáticamente lo consideramos de nuestro squad. Igual sí que debería haber un grupo de Facebook de zurdos…