El verano mola. Se acabó lo de vestir con 8 capas, tienes vacaciones, vas a la playa (o a la montaña), coges un poco de colorcillo… Aunque hay que reconocer que también es una mierda; se te pega el culo a las sillas de plástico, te suda el bigotillo y, como cada año, tienes que volver a acostumbrarte a sacar tu celulitis y tus lorzas al sol.

Aun así, lo peor del verano no es el calor infernal que tenemos que soportar, noooooo, ¡lo peor del verano es la ropa! La ropa de verano no provoca más que dramas, y seguro que leyendo esto casi todas me dais la razón.

La tela: ¿por qué muchas camisetas y vestidos de verano están hechos con esa tela que a los 5 minutos de ponértela hueles a choto como si salieras de un campeonato de Crossfit? ¿Tan difícil es hacer camisetas ligeritas de algodón?, que ya lo decían nuestras abuelas: ¡el algodón no engaña!

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Los monos: no hay nada más incómodo y que te haga sentir más desnuda que ir a mear con un mono. Es como cuando vas al baño del chiringuito en bañador y te lo bajas para mear. Desnudez total…

Las sandalias: para mí las sandalias planas son el calzado más cómodo después de las deportivas, las chanclas y las zapatillas de andar por casa, pero eso es sólo cuando ya te las has puesto durante unas semanas y tus pies han dejado de parecerse a los pies de Jesucristo, llenos de estigmas.

Las camisetas de tirantes: en sí, estas camisetas son bien, pero cuando empieza a hacer calor y pasas de la manga corta a los tirantes finos, luego a unos más gruesos cuando refresca, luego a esa camiseta con la espalda al aire… y cuando te quieres dar cuenta tienes un moreno envidiable que no conseguirás igualar en todo el verano.

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Las camisetas con tirantes imposibles: llevar sujetador es un coñazo en cualquier época del año. Llevar sujetador sin tirantes es un coñazo en cualquier época del año. Pero llevar sujetador sin tirantes en verano, a 35ºC a la sombra, es una tortura china.

Los vestidos muy cortos: con los que te ve la faja, las bandelettes o directamente las bragas.

Los vestidos que te parecen ideales hasta que descubres que es un mono y ‘Mmmm, entonces ya no’.

Los bikinis: en serio, ¿por qué hay tiendas que siguen vendiendo la parte de arriba y la de abajo juntas?, ¿es que no se puede ser plana como una tabla y tener el culo de la Kardashian? Por favor, aprended: los bikinis se tienen que vender por separado.

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Los shorts tan shorts que no sólo parecen bragas vaqueras con las que se te ve toda la cacha, si no que además se te meten tanto por el chichi que como te descuides te han dejado embarazada

Los vestidos ligeros de verano que parecen monísimos en la percha y que cuando te das cuenta se te ve el tanga color visón, los pezones y hasta ese lunar de la espalda. Por favor, telas más tupidas, gracias

Los vaqueros rotos: Nota mental: no ponerse nunca al sol con vaqueros rotos porque quitarse ese moreno irregular de las piernas es más difícil que quitarse las marcas del sol después de haber estado en un chiringuito de Ibiza en trikini.

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Los trikinis. No hay más preguntas, señoría

Las faldas y vestidos largos con aberturas laterales hasta medio muslo: la mitad de las mujeres se compra prendas largas para no depilarse y con esas aberturas a lo Angelina Jolie ¡no se puede!

Los tangas: si con el calor las bragas se te fusionan con la piel del culamen, no te quiero contar con qué te fusiona el tanga después de estar unas horas sentada

En definitiva, el verano es un drama, pero aún así ¡me encanta!

Foto destacada.