Queri@s todos,
A raíz de la polémica de las fotos de las dos amigas modelos australianas que se han publicado últimamente en los Ig de Weloversize y de Elena (una de nuestras co-founder), vengo a poner el grito en el cielo (the scream in the sky, ¡hola Roberto!) de lo cateta que es la gente en este país.
Señores haters, ¿podemos tener un poquito de visión? Esta chica a la que vosotros criticáis por gordofóbicos (y por gilipollas, pero no está bien que lo ponga así de primeras), no es un símbolo a no ir al gimnasio y a hartarse de donuts. Esta chiquilla (que aquí en el sur somos mucho de llamar a la gente así), tiene simplemente, otro tipo de constitución de cuerpo (serrano).
Hablo en primera persona cuando hablo de una constitución diferente, yo misma tengo una buena espalda para cargar saco de cementos y unos gemelos trabajados que riéte tú de los del romano del paso de la Macarena…no hijos míos, y no me harto de donuts, todo lo contrario, controlo mucho mi ingesta de azúcar refinado (prácticamente nulo desde que leí «Soy adicta al azúcar y me estoy desenganchando») y voy al gym una media de 4 veces a la semana por cumplir con lo de 4 de 7 (cosa que Rebeca, co-founder de Weloversize, da a conocer en su Ig). Y aún así, que todo sobre el papel queda bonito, tengo mis lorcitas de las navidades pasadas (holi Ana Belén Rivero, soy muy fan tuya), y bien orgullosa de ellas, coño, por qué debemos de escondernos cual orcos de Mordor por no cumplir con lo que «está bien visto»?
Sin embargo, carne de mi carne, mi querida hermana, es lo mínimo que se despacha en mujer, pequeñita, manejable y más dura que un kiko. Cuando nos presentamos juntas, la gente se queda un poco loquer, pero oye, nosotras tan contentas de ir al gym juntas y también de tomarnos nuestras cervecitas por ahí cuando toca. Las «Olsen» sevillanas nos dicen, y ni yo lo entiendo porque yo de rubia tengo lo de señorita refinada, osea, poco.
Así que entiendo muy bien lo que es tener, en este caso, un referente de «lo que está bien visto en la sociedad» tan cerquita, pero no por ello yo (o la chiquilla australiana, o mi vecina María que es 1´90 de tía jaquetona, o mi prima que tiene cuerpo de «guitarra», o cualquier otro cuerpo que no se ajuste a lo que los tontopollas estos digan) soy un referente de «zampabollos» o de mala praxis con este mi cuerpo el cual mimo y trabajo a parte iguales.
Vamos a dejar de ser tan cerraítos de miras, no se le puede exigir a todo el mundo lo mismo, y me da mucha lástima que este tipo de gente inunde nuestra sociedad, porque de verdad, miedo me da lo que está por venir.
Yo siempre he respondido que si me llamas gorda, tendrías que ver lo que tengo gordo de verdad, que te ibas a hartar.
Un besito desde el sur.
Autor: Aída Rodríguez.
Foto destacada: London Andrews.
