Nos encantó este tweet de Maria Murnau que publicaron en Feminista Ilustrada, y fue meterlo en nuestro Instagram y empezar a llover las respuestas ingeniosas.

Porque no, no debes tocar el clítoris como si fuera un rasca de la ONCE, un estropajo quitando grasa o un joystick, pero tampoco:

La lámpara de Aladino esperando que salga el genio.

Una mesa de mezclas creyéndote DJ.

Una mancha de boli en la mesa.

Un interruptor.

El ratón de tu ordenador.

Las cuerdas de una guitarra.

Una bola antiestrés que tienes que apretar.

No es una goma de esas azules que quita el boli

Ni se chupa como cuando comes caracoles.

Ni hace falta pulirlo como los faros del coche

Tampoco es una picadura de mosquito

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