Vengo a contaros el drama que supone comprar unos vaqueros pitillo. ¿Drama? Seguro que exageras. Un pitillo debería adaptarse a todas las formas, que para eso es ajustado ¿no? Pues no, no cuando eres bajita, de cadera ancha y cintura estrecha.
Drama nº1: Con mi altura, todos los pantalones me quedan largos y hay que cortarlo por donde, en una chica de altura media, estaría la pantorrilla. Eso significa que nunca quedan pitillo del todo. También que no puedes llevar adornos en el bajo, que siempre hay que cortarlos y que nunca llevarás unos piratas. Eso sí, los pesqueros te quedarán justo a la altura de unos largos y eso que te ahorrarás en modistas.
Drama nº2: Tengo curvas. Oh Señor, perdóname por tener cadera ancha y cintura estrecha. Que alguien le diga al señor Amancio que pierde mucha clientela si se dirige sólo a mujeres rectas y niñas sin desarrollar. Si me pongo un pantalón que me entre de pierna, me sobra un kilómetro de tela en la cintura. Si me queda bien de cintura, no me sube del muslo. Lo cual me lleva al Drama nº3.
Drama nº3: Soy muslona. Es mi estructura, aunque pesase 40kg seguiría teniendo los muslos anchos. Eso significa que me rozan y que, como el pantalón sea un poco fino o con elástico, se me rompen a los 6 meses como mucho. Busca tú unos pitillos vaqueros 100% algodón y que supere las anteriores fases de drama, que el descojone general va a ser máximo.
Así que el reto es encontrar unos pantalones que se ajusten de cintura a tobillo sin ser elásticos. Misión imposible. Algunas chicas me han recomendado que compre los leggins de H&M, pero es que no soy yo de leggins. Los únicos que me vienen son los pitillos super elásticos de cintura alta de Stradivarius, que me quedan largos pero ajustados al tobillo y me duran 6 meses. ¡Venga, a gastar!
Así que, si alguna está en mi misma situación y tiene una solución milagrosa que no impliquen los 150€ de los de Khloe Kardashian ¡que se manifieste!
