A veces no valoramos la importancia de ser sinceros. Yo con los años he comprobado dos cosas:

1.- Mandamos poco a la mierda.

2.- Hay mucho gilipollas suelto que no es consciente de su gilipollez.

Y la segunda es más importante que la primera (aunque ambas van de la manito)

Me explico:

Tú si eres rubia, eres rubia. Lo sabes. Si eres chino, lo sabes. Si eres alta, lo habrás notado. Si usas un 45 de pie también lo sabes… pero si eres gilipollas lo sabe todo el mundo MENOS TÚ.

¿Y por qué? Porque nadie tiene narices a decírtelo. ERES GILIPOLLAS. Pero de los de subvencionar. Así, sin filtros.

Cuando una era más “Kika” y tenía menos neuronas que un jarrón chino, mi madre me habrá llamado gilipollas 300 veces y oye, ni trauma ni nada. Lo agradezco en profundidad. Y me lo decía sin filtros ¿eh? Y no hería. Porque recordemos que “hace daño quien puede y no quien quiere”

En base a esta teoría que llevo años desarrollando, estoy valorando la posibilidad de ser más sincera que no hiriente porque no es lo mismo que te digan “ese color de pelo no te luce mucho” a que te digan “pareces el payaso de micolor recién levantado”. No es cuestión de tirar a doler.

Pero lo que os decía es que hay mucho gilipollas por ahí que no sabe que es gilipollas. No es consciente de que cada vez que habla sólo dice estupideces. Cuñadismos. Frases que te dejan con el culo torcido y con las que piensas ¿pero por qué…?

Por desgracia este es un fenómeno que también pasa con los olores.

ATENCIÓN GENTE QUE NO SOIS AMIGOS DEL JABÓN:

Yo no tengo porqué sufrir vuestros efluvios corporales así que lavaros, hacedme el favor. No da urticaria. No duele. No es tan caro el jabón, es más OS LO PAGO YO pero por Dios, LAVAROS.

Y es que amig@s, hay gente que se saca la ropa interior como papeles de magdalena (lo sé, la imagen es vomitiva pero ESTÁ PASANDO) y yo creo que es porque nadie les dice que huelen mal. Es que no son conscientes. Es cierto que decirle a alguien “mira perdona, te huele el boquino” o “te chilla la ardilla” es más difícil que decir “eres gilipollas”, que lo dices como más a boca llena y hasta parece que ofende menos pero TENEMOS QUE HACERLO, es más, si alguien que me conozca nota que algún día huelo a choto por favor que me lo diga. Gracias.

No me parece tan grave ser así de sincera o ¿acaso cuando tu colega tiene un poco de lechuga entre los dientes no le dices “oye, el diente”? Porque si no se lo dices no se va a dar cuenta y luego, cuando llegue a su casa y se vea en el espejo dirá “ay Dios, que asco” pues con lo de ser gilipollas es igual, con el matiz de que ellos cuando llegan a casa y se miran en el espejo no notan nada raro.