Hace un rato estaba yo muy tranquila paseándome por Facebook y cotilleando un poco a mis amigas, que para algo las tengo añadidas en dicha red social, cuando para mi sorpresa me encuentro con un artículo: ‘No seas puta’. Ya para empezar , el autor de esa maravilla periodística (nótese la ironía) se ubica en un blog cuya portada se titula “SIN PELOS EN LA LENGUA” y justo debajo pone “PERIODISMO REAL”. Se sobreentiende que me cabree todavía más la situación debido a la brillante mezcla del título del blog con el título de la entrada, lo que viene siendo una obra magna, vaya. Como diría una profesora de historia de mi instituto: “La ignorancia es muy atrevida”.

Este artículo comienza con un “muy a mi pesar” que ya nos indica por dónde van a ir los tiros y apela a una corriente ideológica que está surgiendo actualmente en nuestra sociedad y que parece consistir en “ser muy puta”, sí, tal cual. Que ahora, encima de feminazis, locas, desviadas y sinvergüenzas, somos también MUY PUTAS. Pues qué bien, oye, era justo el detalle que faltaba en mi currículum. Y aquí entramos en el eterno debate en las redes sociales de si una mujer libre es una mujer un poco puta, si nuestra libertad sexual condiciona que nos respetemos menos a nosotras mismas, que si mostramos nuestro cuerpo en público no nos hacemos valer y ningún hombre hecho y derecho nos va a querer como esposa y todas esas cuestiones en las que no me voy a meter pero que me parecen UNA SOBERANA BARBARIDAD. Dicho esto, cito textualmente la obra magna del periodismo:

He tenido la desgraciada suerte de ver más de un vídeo y de leer más de un artículo y de escuchar más de una gilipollez, en  la que las premisas y las conclusiones dictan que una  mujer es mucho más mujer si se ‘folla’ a todo lo que pilla. Que eso es sentirse a gusto con tu sexualidad y que solo de esa manera se puede llegar a ser feliz. Y yo, como hombre, no puedo permitir que las mujeres de verdad penséis  eso.

Que digo yo que igual una mujer es mucho más mujer si hace lo que le apetece que no por regla general tiene que ser follarse a todo lo que pilla pero si lo quiere hacer TIENE TODO EL COLECTIVO DE HOMBRES HETEROSEXUALES DE LA UNIÓN EUROPEA PARA HACERLO, QUE ENCIMA NO NECESITA NI EL PASAPORTE. Total, que esto es lo de siempre, generalización tras generalización y todos muy contentos porque somos la mar de reivindicativos, pues mira, NO. Sentirse a gusto con una misma es hacer lo que le venga saliendo a una del pomelo, tanto pasar con un hombre desde los dieciséis años hasta los restos, como pasar soltera y virgen toda su vida, como rodearse de gatos y chocolate, como pasar con otra mujer la mitad de su vida y hasta -fíjate las cosas que se dicen- pasar sus días manteniendo relaciones estrictamente sexuales con quien le apetezca. Y ni tú, como hombre ni yo como mujer tenemos derecho a permitir nada, tenemos el deber de respetar todas y cada una de las opciones que una mujer u hombre elija y viceversa.

Seguidamente se tacha el mismo autor de machista y facha alegando que él sólo quiere “defender los derechos de la mujer, los de verdad. Y ensalzar su imagen y lo que son en esta sociedad, defender su dignidad.” porque claro, las que somos MUY PUTAS pues por no tener no tenemos ni dignidad, ni bragas ni na’, claro que sí. De la misma manera pretende desarmar esta “teoría” porque “nos lo merecemos”. Mira, es que vale ya con la broma, que un poco tiene gracia pero, criatura, no te presentes como salvador del género femenino cetro en mano diciendo que toda la dignidad que nos falta por hacer lo que nos apetece nos la vas a devolver tú porque precisamente eso es lo que nos sobra, a todas, a las MUY PUTAS y a las POCO PUTAS también, para que tú me entiendas. Es que es el colmo de la desfachatez.

Siguiendo el vicio éste de las citas, vuelve al ataque:

No eres más mujer, ni demuestras nada a nadie por “tirarte a quien te de la gana”. De hecho lo único que consigues es el desprecio de un hombre, que te ha tratado como a un objeto y que tú y solo tú, has  permitido.

Qué duda cabe en que si estoy de fiesta y me apetece irme a casa del cachondo de turno porque me está poniendo las bragas como el Ebro en temporada de lluvias me está tratando como un objeto porque yo lo permito, para nada tiene que ver con eso de que a una le apetezca que le peguen un meneo o pegarlo -pero eso la mente de este autor no lo concibe-, además que es obvio que me va a despreciar porque una no puede salirse del papel de señorita recatada ni hacer nada que no se espere de ella porque si no, todo el desprecio está justificado. Y esto se llama MACHISMO.

Le has permitido lo que pretendía: “echar un polvo” o “pillar” esa noche. Por que, no os engañéis, los hombres que hacen eso, es lo único que pretenden. Y si por el contrario, quieres seguir engañándote, y pensar que es que tú también pretendías eso y que no tienes ningún tipo de sentimiento¿A qué cuento viene luego decir    que los hombres somos unos cerdos y unos cabrones? Dejarse llevar por    las pasiones, y los instintos primarios, los que lo hacen son los animales.

Ahora entra mi parte favorita: el sexo débil. Desde siempre, la mujer está dominada por los sentimientos, se enamora del primer hombre que le acoge en su lecho y si el hombre, por el contrario, no se enamora, es que todos los hombres son iguales y unos cabrones. Mira, pues no, también existimos las mujeres “cabronas” pero vosotros nos llamáis “zorras” porque puede que follemos con vosotros y no queramos nada más, entonces somos muy putas, nos vamos acostando con todo el mundo y, en fin, el círculo vicioso -y de viciosas- de siempre, un tedio. Lo dicho, el egocentrismo dejadlo en casa porque igual cabe la sospecha de que si me acuesto contigo una noche o una tarde o una mañana aleatorias no me enamore de ti y simplemente haya querido lo que he tenido Y YA. No nos engañamos y a lo mejor lo que queríamos era eso, follar, y no formar una familia contigo, Narciso de cutrebar.

Porque puestos a decir, y ahí viene la siguiente perla, si salgo a la calle con la ropa que a mí me apetezca ponerme ese día y/o estoy orgullosa de mi cuerpo y quiero mostrarlo de la manera que me plazca tampoco es correcto, qué novedad.

“Me siento muy orgullosa de mi cuerpo” y por eso voy medio en bolas por la   calle.

A continuación, añade que sería mucho mejor que mostrásemos todas las otras virtudes que tenemos independientemente de nuestro cuerpo,

Que salieseis a la calle orgullosas de ser quienes sois, de la personalidad que tenéis, de vuestra inteligencia, de vuestro carácter, de vuestra personalidad, de vuestros valores, de ser diferente,  de  eso  que  os  hace  ser  tan  especiales  []  Lo que es machista, es ir medio desnuda  satisfaciendo  los  deseos  visuales  de  todos  los  enfermos  que  abundan en nuestro planeta.

A mí es que esto me da mucha pena porque quizá no se ha parado a pensar que si salgo a la calle con un escote hasta el ombligo o con una falda corta, o tapada de cuello a tobillos, también salgo orgullosa de todo lo que soy, la personalidad que tengo, mis valores, mi manera de ser, etc., pero tenemos unos ojos que están para mirar y si alguien nos llama la atención vamos a mirar vaya desnuda/o o tapada/o hasta las cejas. Me juego el cuello a que el autor de esto que parece una broma de mal gusto se ha girado más de dos veces a mirar a alguna chica que simplemente le ha llamado la atención, como todos y todas. A ver si nos entra en la cabeza que faltar el respeto es soltar comentarios soeces, burradas y “piropos” que tratan a la mujer como un objeto; poder mirar a un/a hombre/mujer guapo/a que coincide contigo en el metro o se cruza contigo por la calle es una maravilla.

Por último, finaliza el artículo con una sarta de argumentos en defensa de la mujer que ha sufrido, que se ha ilusionado, a quien han engañado y todos estos topicazos, que sí, que existen pero volvemos a las mismas: el sexo débil que necesita un hombre hecho y derecho para que le cuide, para que le haga saber lo que vale, para que se respete, para protegerle, etc. Pues no, esto tampoco, deberíamos ser nosotras mismas quienes consiguiésemos eso para nosotras, por nuestro bienestar y no gracias a la ayuda de un hombre, en su compañía sí (pero ya pueda ser hombre o mujer) pero siempre solas, porque somos más fuertes de lo que artículos así nos quieren hacer ver.

El-feminismo-busca-la-igualdad-entre-ambos-sexos

Cosas como esta se escriben hoy en día, cosa que me avergüenza primero como mujer y segundo como persona. Buscamos la igualdad por cosas así, porque bajo la imagen de hombre feminista apoyando los derechos de la mujer nos encontramos al machito defensor y señor de todo nuestro bienestar, que nos dice que esta nueva ideología de “sentirse orgullosa de ser muy puta” no vale, que vale hacernos valer y que eso no se consigue acostándonos con uno cada noche ni siendo libres; la misma historia de siempre, la misma moto que llevan años queriéndonos vender.

Autor: Andrea Carretero