Las redes sociales son un básico importantísimo hoy en día,  esa es una realidad. Por desgracia también lo es la existencia dentro de su entramado de usuarios, de ciertos especímenes que escudándose en su anonimato, disparan barbaridades a diestro y siniestro.

No podemos denominarlo de otra manera mejor que la de disparate, puesto que en esta ocasión el centro de todos los insultos ha sido ni más ni menos que un bebé. Sí, como lo leéis, y no nos estamos inventando nada. Si hace unos días fue Daniella Bustamante el foco de la crítica, esta vez un pequeño de pocos meses ha hecho saltar a más de un troll.

Pincha aquí para ir a la foto original. Parece que ha borrado parte de los insultos, pero podrás ver un poco la que se ha liado. 

«Tengo más cerebro que esa madre que ceba a su bebé y que tú que lo ves de lo más normal«

Y es que si de gordofobia hablamos, resulta que nadie se libra. Anna Simón publica una adorable imagen con un retoñito ultra-achuchable y lo que ven algunos ojos son lorzas enfermizas de las que es culpable una madre irresponsable.

Puede que esta lucha por defender la libertad física de todas las personas deba ir más allá, y no solo quedarse en que los adultos seamos como nosotros queramos. Sino que ahora también estamos en la obligación de defender que un bebé tenga sus carnecitas sin ello implicar mal estado de salud.

¿En qué cabeza cabe? Lo cierto es que no será la primera ni la segunda vez que se escucha hoy en día a alguien comentar que «a ver si por darle esos purés el niño va a ser obeso«, que se queda una con cara de estadequéguindosehacaídoquesevuelvaasubirperoya mientras continúas dando de comer a tu precioso hijo. Las críticas, los consejos no solicitados y, ya de paso, la mala educación, se nos está yendo de las manos.

Actualmente publicar una imagen en cualquier red es como dibujar una diana en la que recibir tonterías enlatadas. Un medio para desahogarse de todo el estrés diario, eso significa para muchos el ser libres de comentar cualquier fotografía. Sin límites ni éticas de por medio. Que dirán muchos que ante perfiles de este tipo lo mejor bloquear y continuar, sí, pero quizás es también de ayuda el demostrarles que deberían pensar dos veces antes de decir barbaridades.

Lo que nos queda, al menos, es la realidad. Ésa en la que muchos no saben vivir, de la que escapan para convertirse en trolls, un presente en el que un bebé gordito es lo más adorable y precioso del mundo, sin memeces de por medio.