Aunque se puede decir que he cogido muchísimos aviones en mi vida, tengo que decir que Europa ha estado siempre bastante abandonado por mi parte. No he salido de la ocasional visita a Londres en los últimos 5 años y ya empezaba a cansarme así que en cuanto he tenido una oportunidad (medio obligada) de viajar, he cambiado Shoreditch y el Big Ben por otra capital que no existía en mi radar: Amsterdam.

¿Por qué no antes? Pues sinceramente, la única impresión que tenía de Amsterdam, era que estaba repleto de Americanos fumetas que alucinaban con la legalización de la marihuana y despedidas de solteros chungas que se iban de putillas al barrio rojo. Sí, ya se que soy una ignorante y voy a quedar aún peor cuando diga que lo único que sabía de allí era: Zuecos, Amapolas, queso Gouda…

Little did I know…

Para empezar es una de las ciudades más bonitas que había visto jamás (Cuantiiiiiiiiisimo ladrillo negro y gris <3). El centro es pequeño y son todo edificios de casas bajas. Esas que son finitas y preciosas. En seguida puedes recorrer todos los barrios. Hacer la cola para ver la casa de Ann Frank (o pasar de largo). Ver los escaparates en el Barrio rojo o entrar en cualquier coffe shop a tomar un café (u otras sustancias). Si quieres salir de fiesta, se puede la versión más calmada, o directamente ir a tope y quemar la noche.

Pero si hay algo que me ha vuelto loca por encima de todo lo demás, han sido las tiendas. Y no de ropa específicamente, pero es que en Amsterdam, son todo tienditas pequeñas cuquis bastante específicas. Una tienda de quesos al lado de una tiendita pequeña de discos, pegada a una tienda pequeña y preciosa de novelties, pegada a una boutique de ropa. Todas ellas con un escaparate impecable, con papel de pared y pequeña.

Puedes Tomarte unos Gofres

Son más típicos de Bélgica, pero están cerca y las costumbres se pegan. En Amsterdam los hay por todas partes. Además de los famosos gofres, los holandeses tienen su propia versión: Stroopwaffles que son finitos y de caramelo ( y seguro que van directamente al culo) ¡ÑAM!

Moverte en Bicicleta por la ciudad

¡AVISO! Si no vas en bici, no eres nadie. En Amsterdam, las bicicletas son las dueñas de la ciudad. Los coches y los peatones no cuentan (y apenas tienen espacio para andar) así que al final renta alquilar unas bicicletas para dar una vuelta por el centro. Siempre puedes probar un tándem si vas con tu pareja o amigos. Yo no me atreví pero tiene pinta de ser divertido (aunque sea acostumbrarse a montar).

Ver los canales en barquito

Y es que una ciudad que tiene tantos canales, no sería completa, sin su vuelta en barco. Otra cuqui-forma de conocer más sobre Amsterdam, haciendo una visita guiada por los canales y viéndolo todo desde el agua. No os preocupeis porque hay muchos cubiertos, así que si llueve, también es un posible plan para una tarde. (¡¡¡Atención a la casa de muñecas!!!)

Investigar las tiendas

Tiendas por todas partes de las cositas mas tontas que os podáis imaginar. A ver, no soy Zoey Deschanel, pero me encantan las cosas bonitas y la atención al detalle y en Amsterdam se aprecia. Sin duda, es una de las mejores ciudades para hacer regalos específicos para cada persona.

Y sobre todo disfrutar la ciudad y pasarlo bien que al final es lo que cuenta en los viajes (y hacer muchas fotos para el recuerdo).

¿Qué otras ciudades de Europa os gustan?