Llevo dos años apuntada al gimnasio. Durante este tiempo he llevado a cabo una profunda tarea de investigación y recogida de información que me ha permitido detectar las distintas especies que forman parte de esta jungla y que necesito compartir con el mundo.

 

  • Los cachas que desconocen que existe el “tren inferior”. En serio, da un poco de penica que llevéis tanto tiempo machacándoos y todavía no hayáis descubierto que es importante el ‘leg day’.

 

 

  • Señoras/muchachas que se maquillan para hacer deporte. ¿Really? A ver, un poquete de bb cream y máscara waterproof es bien (culpable). Pero, por favor, que alguien me explique cómo pueden entrenar con eyeliner, labios rojos y bien de pote, y además sin sudar.

 

 

 

  • Lo que me lleva a hablar de las que confunden el sujetador con el top deportivo. NO. Que sí, que cada una es libre de vestirse como quiera, pero parfavar que incluso yo no puedo evitar que se me vayan los ojos a los pechos en movimiento. Eso tiene que doler. 

 

 

 

  • El “ansia viva” que te pide turnaros entre series. Respect please. Una de las reglas no escritas del gym es que si alguien está utilizando la máquina que necesitas, preguntas cuanto le queda y te esperas haciendo otro ejercicio. Pero NO te quedas delante esperando a que termine, ni mucho menos le pides turnaros (CANSINO) y todo el coñazo que supone limpiar el sudor, cambiar las toallas, el peso… Hacerse la guiri no falla.

 

 

 

  • Esas personas que viven en el gimnasio. Juro que si voy cuatro días a la semana en diferentes franjas horarias, me encuentro como mínimo a cinco personas que siempre están entrenando. No importa que sean las 2 de la tarde de un miércoles que las 11 de la mañana de un sábado. O viven ahí o no tienen vida.

 

 

 

  • Asiáticos que improvisan. Mujer asiática de unos 45 años andando en la cinta, en vaqueros, de espaldas y con el sujetador por encima de la camiseta. ¿¿Se hará así en su país?? Vale, puede que este sea un caso aislado de mi gimnasio, pero es digno de mención.

 

 

 

 

 

  • Los que van en manada. El otro día vi un grupo de gente celebrando un cumpleaños con un circuito. STOP. Daros permiso para disfrutar un poco de la vida, comer, beber y chingar más.

 

 

Hasta aquí mi estudio sobre la fauna que habita en mi gimnasio, seguiré investigando para descubrir nuevas especies y compartirlo con el mundo.

 

Marta. S