Porque aquí donde me leéis soy muuuuyyy responsable.

Que si, que ya… Que quedo para merendar y termino en el after… No me comprometo con nadie porque se me van los ojos detrás de todo lo que se mueve… Abres mi nevera y entre las cervezas solo encuentras un tarro vacío de mermelada y media cebolla… Se me mueren hasta los cactus… No me dejan propaganda en el buzón porque ya no cabe más…

Pero, a mi favor, también diré que: si quedas conmigo llegaré puntual, colaboro de firma activa en organizaciones varias, compro en las tiendas del barrio huevos de gallinas camperas, reciclo las bolsas de plástico y tejo cestos para la compra y hasta uso champú sólido con manteca de cacao ecológico.

Porque una cosa no quita a la otra… Puedes luchar contra la tala de la Selva Amazónica y beber chupitos a las 5 de la mañana con una panda de veinteañeros desconocidos. O despertarte con un chupetón en el cuello y gastarte una pasta en el único móvil sostenible del mercado.

En la variedad está el gusto y en el desequilibrio a veces se encuentra la cordura. Porque para sobrevivir en este mundo de locos no hay que dejar de enfocar a lo importante pero no dejemos de divertirnos, por favor.

Así que… Me levanto a las 6:30 de la mañana, como productos de temporada comprados en el mercado o en la tiendecita de la esquina, no falto a una cita importante, soy activista en grandes luchas y le doy la coña a mis amigos intentando que se les pegue algo. Todo esto mientras me emborracho, no tengo nada decente para comer el domingo, riego plantas secas y (muy de vez en cuando) ligo con gente que ya no recuerdo sus nombres.

Y así sobrevivo… Y bastante feliz… Con mis contradicciones… A veces absurda… otras desequilibrada… muchas veces impulsiva… pero siempre Responsable.

 

@sandecesbybertabo