Muchas veces pasa que buceas por los fondos oscuros de YouTube y encuentras cosas de los más extrañas. Así fue como llegué yo a los “niños youtuber”, un fenómeno que desconocía hasta hace dos semanas. Son canales de Youtube protagonizados por niños de entre cinco y doce años en los que suben vídeos de humor, mostrando juguetes, vlogs… Muchos tienen medio millón de suscriptores. Son los padres los que gestionan el canal y, por supuesto, los que se lucran con él.

Uno de estos canales se llama La diversión de Martina. Tiene 11 años y casi 600.000 suscriptores, entre sus vídeos encontré dos que me dejaron helada: Cosas de chicos y Cosas de chicas. En el primero se muestran comportamientos que tienen los chicos y que las chicas no. Son todo clichés y estereotipos como competir, escupir, tirarse pedos… frente a una imagen ridiculizada de las chicas, toda de rosa, con corona de princesa, tutú y voz de tonta. Los niños juegan a videojuegos y las niñas a maquillarse.

Pero el segundo vídeo, cosas de chicas, es mucho peor. Si el anterior hablaba de diferencias entre niños y niñas, este habla de cómo nos comportamos las chicas en público y cuando estamos solas. En un sketch se ve cómo la niña tiene hambre en una fiesta y come un trozo muy pequeño de pan, no vayan a pensar que es una gorda. Después llega a casa y le dice a su madre que le haga algo para comer, que se muere de hambre.

Una niña de 11 años que no puede comer en público porque, según los roles de género, como mujer, si comes te pondrás gorda, y si te pones gorda no vas a gustar a los hombres y gustar a los hombres es tu única función en la vida, así que muérete de hambre antes que comer en público. Señoras y señores, HUMOR.

En el siguiente sketch vemos cómo las chicas en público se ríen en bajo y en casa no, porque  la norma dice que como mujer tienes que ser discreta ¿no? Por cierto, el chiste del que se ríen es sobre la peluquería, como siempre, las mujeres solo hablamos de nuestra imagen y sobre hombres.

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Hay un tercer vídeo, Cotilleo entre amigas, que también muestra algo preocupante, que es la concepción de que las mujeres tienen que competir entre ellas, muchas veces por los hombres, verse como rivales en vez de aliadas. 

Yo, obviamente, no culpo a la niña porque son los padres los que le han escrito el guión, pero me parece indignante que estos valores, estos estereotipos de género o esta forma de pensar sigan en las cabezas de la gente. Y sinceramente, creo que ha llegado un punto en el que muchos y muchas hemos evolucionado. Ya no es una cuestión de opiniones, esos valores sexistas están en el pasado, ya no son válidos e inculcárselos a tu hija está mal. Pero si además has convertido a tu hija en un escaparate, un producto que llega a 600K niños y niñas, está fatal.

¿Sabéis cuantas visitas tiene el vídeo de chicos? 800.000 ¿Y el de chicas? Un millón. Supongamos que de ese millón, 500.000 son niñas. 500K niñas a las que les está llegando un mensaje erróneo, que están aprendiendo que no tienen que comer en público, que no pueden jugar a videojuegos y que tienen tienen que ser malas entre ellas.

Si creas un contenido que llega a miles de niños y está dirigido a ellos tienes la RESPONSABILIDAD de hacerlo con cabeza. Esto no es humor inocente, no estoy sacando las cosas de contexto, esos valores en forma de humor están entrando en sus cabezas. Tal vez la intención no era mala, pero recurrir a clichés obsoletos para hacer reír puede ser peligroso.

Queremos que cuando los niños sean mayores vivan en un mundo mejor, más justo e igual para mujeres y hombres, que no haya violencia machista, ni violaciones, ni brecha salarial. Pero a 2017 se les está enseñando que los hombres son brutos y violentos y que la única función de la mujer es gustar al hombre.

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Crear una sociedad que va hacia atrás en vez de hacia delante no tiene gracia, que hayan asesinado a cuatro mujeres en las últimas 24 horas tampoco, ni tampoco la tiene que a los niños les lleguen ideas retrógradas y sexistas, así que creo que la diversión de Martina de divertido no tiene nada.

Uxue