Para que me conozcáis mejor os contaré que soy de gustos sencillos… vamos que prevalecen los colores planos a los estampados infinitos. Soy poco fan de las modas. El tema del animal print…pfff… lo llevo por dentro… en el forro de la cazadora.

Siendo sincera, me flipan los brilli brilli, los flecos, los plumeros, los encajes y los chaquetones blanditos como nubes, pero en mi vida me pondría nada de eso. Aunque hoy casi lo hago.

Os cuento, la cuestión es que me he ido de compras… REEEEBAJAAAAS… loooocurón. La verdad es que iba a cambiar una blusa y he terminado con media tienda en mi casa. No me gusta ir de compras, me agobia, pero hoy no sé qué me ha pasado, me ha dado un ‘mal aire’ o algo y las rebajas se han apoderado de mi.

He empezado mirando blusas, muy monas todas: blancas y con poca cosa, hasta que me he girado y he visto una sudadera de la NASA……………….. me he frenado……….. muy mucho….. ¡¡UNA SUDADERA DE LA NASA!! Me he quedado mirando la prenda y he pensado: a ver Tina, eres de letras ¿qué haces comprándote algo de la NASA? Es más… ¿crees que por comprarte eso en un h&m parte del dinero va a ir a subvencionar algún tipo de estudio sobre el espacio? ¿Le van a poner tu nombre a una estrella, constelación o similar? [me fliparía que fuera a un agujero negro] ¡¡PUES NO TINA, PUES NO!! Así que plantada delante de la sudadera, me despedí cabizbaja hacia la sección de lencería.

Una vez en la nueva sección de ropa íntima me volvió a venir el ‘mal aire’ y buscando sujetadores lisos, sin absolutamente ningún adorno, me quedé flipada con un sujetador negro con encaje. Imaginaos la estampa:

Yo delante de una pared llena de sujetadores, mirando fijamente a uno de ellos, tocándolo y poniendo cara de… «esto no me lo he puesto en mi vida pero creo que va a ser el principio de una bonita amistad». 

Además del suje se me ocurrió coger un body, también de encaje negro y tonos rosa palo, que me flipó mucho. No os sabría definir muy bien cómo era la prenda, porque todavía estoy en shock. El sujetador además de ser de encaje negro, y de tener la forma habitual de un sujetador, tenía como adorno dos tiras [que luego descubriría que eran elásticas] que se ponían por encima del pecho y quedaba muy sexy. O eso se suponía.

Toda feliz cojo las dos prendas y me dirijo hacia los probadores y empiezo mi momento estelar delante del espejo. Primero pillo el body fabuloso y meto una pierna, meto la otra… ay, espera que he metido la pierna por una apertura que sale por otro lado, pierdo el equilibrio, me siento en el taburete encima de mi chaquetón para no notar frío. Vuelvo a intentar meter la pierna, ahora ya no sé por dónde la he metido, pienso que es mejor sacármelo y mirarlo de frente para ver por dónde y hacia donde se meten las piernas, lo saco, lo cojo con las dos manos y lo analizo con detalle. Lo vuelvo a intentar…  y empiezo un diálogo interior:

«¿pero esto tenía mangas?», «¿y esta tira?», «joder, esto es peor que montar un mueble del Ikea o una tienda de campaña canadiense, ¿venden piquetas con esto o van aparte? Pues estaría guay ir de camping», «¿Un lazo? ¿¡En qué estoy pensando!?». 

20 minutos después. «Mierda, no es mi talla».

La siguiente prenda era el sujetador megasexy y después de pelearme con el body me puse en modo positivo y dije venga va, que esto es más ligerito de poner. Lo cojo, me lo coloco… teta pa’ rriba, teta pa’ bajo… ¡¡y oye!! Me quedé muy sorprendida, taaanto que cogí las dos tiras que iban por encima del pecho, vi que eran elásticas, tiré de ellas y…. ¡¡ZASCA!! Toma latigazo lencero en todas las tetas. A la mierda el sujetador, el encaje y el body de los cojones.

Señoras y señores diseñadores de lencería femenina: próximamente quiero comprarme bragas…¡Y NO UNA TRAMPA PARA OSOS¡, ¿ESTAMOS?

Pegatina Tarner