Tras una encuesta hecha por Esquire en el 2010 el 90% de las mujeres admitió que les encantaba recibir sexo oral y muchas que lo encontraban necesario como juego previo a la penetración. Sólo un 10% reconoció que no les gustaba, a lo que yo añado que eso es porque no se lo han hecho bien, hay mucha lengua inútil por la vida, queridas.

Pero en esta encuesta también descubrieron que había muchas mujeres que aunque les gustaba, se sentían muy incómodas con esta practica, al describirla como demasiado íntima. Por eso Lorals ha creado una lencería hecha específicamente para recibir sexo oral que salió la venta el 6 de marzo. Hecha de una tela delgada y estirable de un  material que te deja sentir igual que si no llevaras nada ( o eso dicen) y de un solo uso, o sea que después la puedes tirar, o quedártela de recuerdo, allá cada uno con sus filias.

Yo personalmente la verdad es que no le veo mucho sentido al asunto, porque ¿Cómo lo haces? Te las pones el día que sabes que vas a tener mandanga y luego en el momento le dices al susodicho que no te las quite y te lo coma con las bragas puestas. La cara del otro va a ser un poema, eso ya te lo advierto.

Por otro lado si no las llevas puestas ¿Qué haces? Te las pones en el momento en el que ves que el otro se baja al pilón, en plan «Espera que me has quitado las bragas hace cinco minutos pero es que ahora me apetece ponerme otras para que me lo comas», la cara del susodicho otro poema mas grande.

Y luego en una encuesta que yo he hecho en la universidad de Barcelona (mi casa) tanto en hombres como en mujeres todos están de acuerdo en que las bragas estas deberían tener un sabor o algo porque por muy finas que sean ponerte a lamer tela pues que quieres que te diga, muy agradable para el que lo hace tampoco es. Lo que si ha salido en la encuesta es que los hombres prefieren que tengan sabor a chorizo, bocadillo de lomo, o a panceta a la brasa, y las chicas a croqueta, a helado de vainilla o a piruleta de fresa. O sea que ya están haciendo ustedes bragas de sabores dulces y salados, por mejorar el producto digo, solo es una sugerencia, porque tal como esta, creo que la usuaria que las compre o  se va a quedar sin sexo oral o va a ser bastante corto el tema.

No sería mejor, digo yo, que nos quitáramos le prejuicios de encima  y disfrutáramos de como nos comen el parrus dejándonos llevar y sin pensar lo que estará pensando el que nos lo hace.

Porque una cosa os digo, yo me voy con un señor y cuando le voy a comer la varita mágica me dice que se la coma con el calzoncillo puesto y con una funda de ganchillo que le ha hecho su abuela, y vaya, salgo de allí cagando leches. Pues lo mismo es al revés.

Yo me dejaría de exquisiteces porque cuando alguien te pone de verdad y hay esa química brutal te falta piel, y lengua para pasarla por todos los rincones de su cuerpo. Y si no, pues mejor dedicarse a echar una partida de parchis o bueno, si os encanta este invento a lamer bragas.