Yo no sé si será culpa de la crisis, que nos ha obligado a vivir a un ritmo más lento, o que lo que viene siendo el Human Being es cada vez más longevo y la vida se nos va estirando; pero lo cierto y verdad es que a nuestros 30 tacos vivimos como veinteañeros y a lo loco. Y sino que se lo digan a tu madre, a tu yaya o a la Paca la de la tienda que cada vez que te ve te dice que te vas a quedar moza vieja.

Lo mejor de todo es que los nuevos 20 siguen siendo los viejos 20, así que si tu DNI quiere contarte que le llevas una pequeña decadita de nada al chavalote que enciende tu calefacción central, no worries, porque según este post tenéis la misma edad: tú con tus nuevos 20 y él con sus viejos 20.

Tus treintaypico nuevos 20 añazos vienen marcados por unas circunstancias que te empujan a seguir en esa etapa de jovenzuela; otra cosa es que la sarna con gusto no pique.

Te voy a contar unas cositas que te van a sonar la mayoría, toma nota:

Vives en casa de tus padres

 

Vivir con tus viejos, como les llamábamos los macarras ochenteros, te hace sentir muy teenager, sobre todo cuando tu señora madre te vocea cuando estas saliendo por la puerta: ¡no vuelvas muy tarde!

La crisis, ay la crisis… que ha alargado eso de independizarse hasta límites insospechados. Algunos están más cerca de que sus padres se independicen de ellos para ir a una resi que ellos mismos se marchen de casa porque no hay curro o porque los sueldos no dan.

 

Babysitter revenía

 

Yo es que eso de currar de niñera o irme al extranjero como au pair siempre me lo imaginé como algo que se hacía entre los 14 y los 18, cuando no tenías edad para trabajar y le cuidabas el niño a tu vecina por unas pesetas, o mientras estabas estudiando para sacarte un extrita. Ahora con la treintena veinteañera curras de esto o en un MacDonald´s, para mantener el espíritu teenager. Sí, es una putada y de nuevo, culpa de la crisis, pero es un trabajo chachi y satisfactorio. De empapas de energía de los peques (o sus pises hahaha!)

 

 

Fashion ventajas

 

¡Ay querida!, aquí si que vamos en cabeza. Esos chandales de táctel que lo petan entre los twenties para ti solo es un remember de tu infancia. Con suerte puedes mirar en el baúl de los recuerdos (el de tu madre, que tiene un poquito de Diógenes, no el de Karina) y sacar un bodie con olor a naftalina de tus dulces 14 añitos.

 

Nos vemos en la Uni

Porque te apetece, porque ahora puedes o porque no hay nada mejor que hacer, te has encontrado echando la matrícula a Bellas Artes para sacar a esa artista frustrada del armario o has decido intentar otra vía para encontrar curro.

Al final has acabado bebiendo un calimocho en los jardines de tu Facultad, porque si amichi, aunque nosotras lo inventamos, todavía se lleva el Don Simón con Cola.

Te quitan 10 años con solo mirarte y tú te creces por dentro

 

Si las que son mas viejas mayores se visten de señoras, y las más jóvenes también, tu con tus vaqueros y tu crop top creas un paradigma temporal. Si te han llegado a pedir tu DNI cuando has ido a comprar priva o entrar en una disco, vale, fijo que has pensado «está de coña, ¿no?» pero por otro lado una risa pillina ha sonado muy fuerte en tu pecho.

 

Tú lo petas porque los 80 están de moda

 

O tú lo petas y punto. Pero si quieres razones, esta es una de ellas. Los ’80 siempre molaron, ¿¿vale?! pero los de los ’90 y los 2000 miran atrás y dicen: ¡WoW! Esa década era super top, ¡Me encanta todo!. Y no es para menos: buen cine, buena música, buenos valores… yo descartaría la moda, pero bueno, ahí está de vuelta, pese a que yo piense que las hombreras y los bodies deberían haber sido enterrados para siempre.

Y es que tú, cari, eres de lo mejor de los ’80. Tú te sabes los diálogos de Regreso al Futuro y te da la risi cuando dicen eso de Las Princesas Disney cuando tú con tus 3 añitos jugabas a ser la Sirenita Ariel en la bañera.

Eres retro, pero moderna; eres un objeto de coleccionista, Promised!